Los glaciares de Asia Central han resistido durante mucho tiempo al deshielo observado en otras partes del mundo. Estos gigantes de hielo, apodados "el tercer polo", parecen ahora debilitados por un cambio reciente en su entorno.
Desde 2018, las observaciones muestran una aceleración del deshielo en las montañas del Pamir, en Tayikistán. Los primeros elementos sugieren que este deshielo estaría directamente relacionado con una fuerte disminución de las precipitaciones de nieve. Esta evolución preocupa a los científicos, ya que no solo amenaza el suministro de agua de millones de personas, sino que también podría modificar los equilibrios climáticos regionales e incluso mundiales.
El fin de una "anomalía"
Durante décadas, algunos glaciares del Pamir y del Karakoram resistieron al calentamiento global. Este fenómeno, llamado "anomalía del Pamir-Karakoram", fue durante mucho tiempo un misterio para los investigadores. La estabilidad excepcional de estos glaciares se explica por su entorno semiárido y su importante manto de nieve, que los protegía parcialmente del deshielo.
La instalación de una estación de monitoreo en el glaciar Kyzylsu, a 3.400 metros de altitud, permitió recopilar nuevos datos precisos. Los registros cubren el período 1999-2023 y se combinaron con modelos climáticos para comprender mejor las evoluciones. Muestran que el glaciar alcanzó un umbral crítico alrededor de 2018, con una marcada disminución del manto de nieve.
La consecuencia inmediata es un deshielo acelerado del glaciar. Esta modificación afecta la salud del hielo y la regulación de los cursos de agua, destacando que la "anomalía" observada durante décadas podría estar llegando a su fin. Sin embargo, el origen exacto de la reducción de las precipitaciones sigue siendo incierto y podría no estar únicamente relacionado con el calentamiento climático.
Observaciones e implicaciones locales
Los científicos tuvieron que superar el aislamiento y la inestabilidad política de la región para instalar sus instrumentos. Desde 2021, recopilan datos detallados sobre la nieve y el caudal de los cursos de agua, lo que permitió modelar el comportamiento del glaciar de manera confiable.
Las comunidades locales, como los pastores del Pamir, participan activamente en las observaciones. Reportan cambios observados en el terreno, confirmando la aceleración del deshielo y ofreciendo una retroalimentación valiosa para los investigadores. Esta colaboración refuerza las mediciones y permite mantener la vigilancia a pesar de las dificultades logísticas.
El Kyzylsu alimenta la cuenca del Amu Daria, un río esencial para la agricultura y el ecosistema local. Aunque el mayor deshielo proporciona temporalmente más agua, el futuro sigue siendo preocupante, ya que la disminución del manto de nieve reduce gradualmente las reservas glaciares disponibles para las poblaciones aguas abajo.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature communications Earth & Environment