Adrien - Viernes 10 Octubre 2025

🔭 Venus podría bombardearnos a distancia: una amenaza invisible para la Tierra

Una población de asteroides comparte silenciosamente la órbita de Venus, creando una amenaza potencial para nuestro planeta. Estos cuerpos celestes, actualmente invisibles para nuestros telescopios debido a su posición relativa al Sol, podrían algún día modificar su trayectoria y cruzar la de la Tierra.

Los asteroides coorbitales de Venus siguen una órbita alrededor del Sol sincronizada con la del planeta, completando una revolución completa en el mismo lapso de tiempo. Esta particularidad los mantiene generalmente alineados con el Sol en el cielo, haciéndolos extremadamente difíciles de observar desde la Tierra. A diferencia de los asteroides del cinturón principal situado entre Marte y Júpiter, estos objetos evolucionan en una zona donde la luminosidad solar anula cualquier intento de observación directa. Solo condiciones muy específicas, como ciertas posiciones orbitales durante el amanecer o el crepúsculo, podrían permitir su observación.


Venus fotografiado en la oscuridad del espacio
Crédito: NASA/JPL-Caltech


Las simulaciones realizadas por Valerio Carruba y su equipo de la Universidad Estatal de São Paulo revelan que estos asteroides ocultos podrían alcanzar tamaños importantes, hasta 300 metros de diámetro. Su estudio, publicado en Astronomy & Astrophysics, combina modelos analíticos con integraciones orbitales a largo plazo para comprender el comportamiento de estos cuerpos celestes. La naturaleza de sus órbitas, influenciada por las fuerzas gravitacionales en esta región del Sistema Solar, podría llevarlos a derivar gradualmente hacia la órbita terrestre.

Los instrumentos de observación actuales, incluido el nuevo Observatorio Vera C. Rubin, encuentran limitaciones importantes para detectar estos objetos. Incluso este observatorio de vanguardia solo podría detectar los asteroides más brillantes si se elevan a más de 20 grados sobre el horizonte. Los investigadores subrayan la necesidad de desarrollar instrumentos espaciales especializados, como el proyecto NEO Surveyor de la NASA, capaz de vigilar continuamente esta región sin ser obstaculizado por el deslumbramiento solar.

Las consecuencias potenciales de una colisión con uno de estos asteroides serían catastróficas. Un impacto crearía un cráter de 3 a 4,5 kilómetros de diámetro y liberaría una energía equivalente a varios cientos de megatones. Valerio Carruba insiste en la importancia de anticipar estos riesgos invisibles en las estrategias de defensa planetaria, destacando que la amenaza no viene solo de lo que podemos ver, sino peor, de lo que aún escapa a nuestra vigilancia.

Los asteroides coorbitales: compañeros invisibles


Los asteroides coorbitales son cuerpos celestes que comparten la misma órbita que un planeta alrededor del Sol, completando su revolución en exactamente el mismo tiempo. Esta sincronización crea una configuración particular donde el asteroide y el planeta mantienen una posición relativa constante.


La estabilidad de estas órbitas coorbitales varía considerablemente según su excentricidad, es decir, la desviación respecto a una órbita perfectamente circular. Las órbitas más circulares mantienen a los asteroides más cerca del Sol, haciéndolos aún más difíciles de detectar que aquellos con órbitas más elípticas.

Esta configuración particular explica por qué solo una veintena de asteroides coorbitales de Venus han sido identificados hasta ahora, mientras que los modelos matemáticos sugieren la existencia de una población mucho más numerosa.

La defensa planetaria: anticipar lo imprevisible


La defensa planetaria representa el conjunto de estrategias y tecnologías desarrolladas para proteger la Tierra contra los impactos de objetos celestes. Esta disciplina científica combina astronomía, física e ingeniería espacial para identificar, rastrear y potencialmente desviar asteroides peligrosos.

Los enfoques actuales se concentran principalmente en la detección temprana gracias a redes de telescopios terrestres y espaciales. Sin embargo, los asteroides coorbitales de Venus escapan a los métodos de vigilancia convencionales debido a su posición relativa al Sol.

Los científicos exploran varias técnicas para desviar un asteroide amenazante, incluyendo el impacto cinético (enviar un proyectil para modificar su trayectoria), el uso de tractores gravitacionales (naves espaciales volando cerca del asteroide para atraerlo ligeramente) o incluso explosiones nucleares controladas.

La eficacia de estos métodos depende crucialmente del tiempo disponible entre la detección y el impacto potencial, lo que subraya la importancia de desarrollar sistemas de vigilancia capaces de detectar las amenazas con mucho tiempo de antelación.

Fuente: Astronomy & Astrophysics
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