Los astrónomos acaban de dar un paso importante en la comprensión del agujero negro situado en el centro de nuestra galaxia. Gracias a la inteligencia artificial y a millones de simulaciones en computación distribuida, han logrado estimar su velocidad de rotación con una precisión nunca antes alcanzada.
Este avance se basa en una red neuronal entrenada a partir de numerosas simulaciones de agujeros negros creadas por ordenador. Los resultados, publicados en
Astronomy & Astrophysics, abren nuevas vías para comprender estos objetos cósmicos extremos.
Representación artística de una red neuronal que conecta las observaciones con los modelos.
Crédito: EHT Collaboration/Janssen et al.
Los investigadores utilizaron un método llamado enfoque bayesiano, que permite estimar los márgenes de error en los datos. Esto les permitió comparar las observaciones realizadas por el telescopio Event Horizon con modelos más realistas. Gracias a esta técnica, descubrieron que el agujero negro Sagitario A* gira casi a su velocidad máxima, y que su eje de rotación está orientado hacia la Tierra.
Este hallazgo desafía algunas ideas sobre cómo se organiza la materia alrededor de los agujeros negros. Contrario a lo que predecían algunos modelos, las emisiones detectadas no provendrían de un chorro de materia, sino más bien de electrones muy calientes en el disco que rodea al agujero negro. Esto muestra que nuestras teorías actuales probablemente deberán ajustarse.
Los científicos involucrados en esta investigación ya planean perfeccionar sus modelos. Combinando aún mejor la inteligencia artificial con herramientas de cálculo más potentes, esperan explorar otros fenómenos relacionados con los agujeros negros.
Este estudio demuestra hasta qué punto las tecnologías modernas están cambiando nuestra forma de explorar el Universo. La asociación de la IA y la computación distribuida permite desentrañar mejor los misterios de estos objetos que antes se consideraban imposibles de estudiar.
Fuente: Astronomy & Astrophysics