Las redes sociales están llenas de consejos de belleza que ensalzan las virtudes del romero para la piel, pero esta vez, la ciencia se involucra con resultados prometedores. Un equipo de la Universidad de Pensilvania descubrió que esta planta aromática podría revolucionar la cicatrización cutánea evitando las marcas indeseables.
Los investigadores se centraron en el romero después de observar su éxito fulgurante en TikTok e Instagram. Jiayi Pang, estudiante de pregrado, y Emmanuel Rapp Reyes, doctorando, decidieron estudiar científicamente estas afirmaciones populares bajo la dirección del profesor Thomas Leung. Su curiosidad fue recompensada cuando identificaron el ácido carnósico, un antioxidante presente en el romero, como principal actor de este fenómeno de curación.
Jiayi Pang y Emmanuel Rapp Reyes, los jóvenes investigadores responsables de este descubrimiento sobre el romero.
Crédito: Penn Medicine
Los experimentos realizados en ratones revelaron que el ácido carnósico acelera el cierre de las heridas mientras restaura los folículos pilosos, las glándulas sebáceas e incluso el cartílago. El mecanismo implica la activación del receptor TRPA1, un sensor nervioso cutáneo esencial para la regeneración tisular. Cuando este receptor está ausente, el efecto beneficioso del romero desaparece por completo, confirmando su papel central en el proceso.
El equipo constató que otras hierbas como el tomillo y el orégano también pueden activar TRPA1, pero el romero se distingue por su potencia e inocuidad. A diferencia del aceite de mostaza o del imiquimod que irritan la piel, el romero ofrece una alternativa suave. El efecto permanece localizado: la aplicación debe realizarse directamente sobre la herida para ser eficaz.
Los científicos recomiendan sin embargo precaución y aconsejan consultar a un médico antes de utilizar productos a base de romero. Esta planta accesible y económica abre perspectivas interesantes para los pacientes propensos a las cicatrices hipertróficas.
El receptor TRPA1: un interruptor de regeneración cutánea
El receptor TRPA1 es una proteína situada en la superficie de las células nerviosas de la piel que reacciona a los estímulos químicos y térmicos. Su activación desencadena una cascada de señales biológicas que favorecen la reparación tisular.
Este receptor pertenece a la familia de los canales iónicos y se activa en presencia de ciertos compuestos, como los del romero. Cuando se estimula, permite la entrada de iones calcio en las células, lo que activa los genes responsables de la regeneración.
En cuanto a la cicatrización, TRPA1 ayuda a mantener el equilibrio entre la formación de tejido fibroso y la regeneración completa de la piel. Su papel es particularmente importante para reconstituir estructuras como los folículos pilosos.
Estudios anteriores ya habían demostrado que la ausencia de este receptor conduce sistemáticamente a la formación de cicatrices, incluso para heridas menores.
Fuente: JCI Insight