Mientras la transición energética se convierte en una prioridad mundial, una joven estudiante de secundaria de Luisiana, Gyeongyun Lily Min, podría haber descubierto una nueva fuente de energía renovable: los gritos de los aficionados en los estadios.
Inspirada por la película de animación
Monstruos S.A., Gyeongyun Lily Min, de 17 años, decidió explorar el potencial de la piezoelectricidad para convertir el ruido en electricidad.
Imagen de ilustración Pixabay
La piezoelectricidad es un fenómeno conocido, donde ciertos materiales generan una carga eléctrica cuando se someten a vibraciones o presiones. Esta tecnología ya se había utilizado a pequeña escala, como entre 2008 y 2009 en la estación de tren de Shibuya en Tokio, donde una alfombra piezoeléctrica producía algunos vatios de electricidad al absorber los pasos de los viajeros. Pero Gyeongyun Lily Min contempla este principio a una escala mucho mayor.
La idea de la joven inventora es simple: capturar las ondas sonoras generadas por los aficionados en un estadio para producir electricidad. Para probar su concepto, construyó una maqueta en miniatura de un estadio, equipada con generadores piezoeléctricos. Al simular el ruido de la multitud con sonidos de 70 a 100 decibelios, logró generar algunos milivatios de electricidad, un resultado modesto pero alentador.
Gyeongyun Lily Min reconoce que su experiencia estuvo limitada por la calidad del material disponible, pero sigue convencida de que la mejora de los dispositivos piezoeléctricos y su despliegue estratégico podrían abrir nuevas perspectivas para la producción de energía sostenible. Según ella, un sistema como este, si se desplegara en un estadio a tamaño real, podría no solo alimentar el propio estadio, sino también contribuir a la energía del barrio circundante.
La iniciativa de Gyeongyun ya ha captado la atención de ingenieros, que ven en este proyecto un potencial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. En un mundo donde cada vatio cuenta, la transformación de las aclamaciones de los aficionados en energía renovable podría convertirse en una realidad.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Smithsonian Magazine