Adrien - Martes 1 Abril 2025

Tardígrados modificados genéticamente para sobrevivir... en el Sol ☀️

Un equipo franco-danés anuncia haber creado el primer organismo terrestre capaz de resistir las condiciones extremas de nuestra estrella. Un avance que redefine los límites de la vida.


Una publicación que ha sorprendido a más de un experto en exobiología: investigadores del Instituto de Biología Extremófila de Montpellier (IBEM) y del Center for Astrobioaquatical Adaptations (CAA) de Copenhague afirman haber modificado genéticamente tardígrados para hacerlos capaces de sobrevivir... en la superficie del Sol.

Estos microorganismos, ya conocidos por su asombrosa resistencia al vacío espacial, radiaciones ionizantes y temperaturas cercanas al cero absoluto, acaban de superar un nuevo hito. El equipo del Dr. Julien Labrus (IBEM) y la Prof. Sophie Salmo (CAA) logró introducir en su genoma secuencias de ADN de dos organismos ultraresistentes:
- Deinococcus radiodurans, la bacteria "indestructible" capaz de soportar dosis de radiación mortales para humanos;
- Thermus aquaticus, una arquea termófila que prospera en fuentes termales a más de 70°C.

¿El resultado? Una nueva cepa, bautizada theliograd (por tardi-helio-grad), que habría sobrevivido a pruebas de laboratorio simulando temperaturas de 1.500°C durante varios minutos.

Pruebas en condiciones (casi) reales



Para verificar estos resultados, los científicos colaboraron con el Sincrotrón Soleil-LURE en Orsay, donde los theliograds fueron expuestos a un plasma que reproduce erupciones solares. Contra todo pronóstico, los organismos no solo habrían sobrevivido, sino que mostraron signos de actividad metabólica, gracias a una proteína recién sintetizada: la Solarbindina.

"Esta molécula actúa como un escudo térmico a escala celular", explica el Dr. Labrus. "Encapsula las proteínas esenciales y las protege de la desnaturalización, como un traje espacial en miniatura."

¿Hacia una colonización... solar?


Pero el equipo no se detuvo ahí. En colaboración con el Prof. Éric Sparus del Marine Genomics Institute, introdujeron genes de Lophius piscatorius, el rape abisal, conocido por su bioluminiscencia.

"La idea era permitir a los theliograds comunicarse entre sí en el caótico entorno solar", precisa el Prof. Sparus. "Mediante flashes luminosos coordinados, teóricamente podrían formar redes de intercambio de información... incluso a 5.500°C."


Curiosamente, la financiación de esta investigación no proviene solo de agencias espaciales. El Observatorio Oceanográfico de Thau, especializado en estudio de moluscos, contribuyó con el 30% del presupuesto.

"Trabajamos en materiales bioinspirados para proteger sondas espaciales", justifica su portavoz. "La concha de vieira, con su estructura nacarada, es 3.000 veces más resistente que el Kevlar. Al combinarla con grafeno, creamos un escudo térmico revolucionario."

Así, los primeros theliograds podrían enviarse al Sol en 2027 para alcanzar nuestra estrella en 2030, a bordo de una sonda... recubierta de conchas.

El Prof. Sparus concluye: "Si todo sale bien, en 5 años nuestros tardígrados bailarán salsa en las protuberancias solares. Bueno, 'bailar'... se vaporizarán en 0,02 segundos, pero teóricamente, habrán sobrevivido."

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