Los radares de nuestros aeropuertos emiten ondas mucho más allá de nuestra atmósfera. Un estudio reciente revela que estas señales podrían delatar nuestra presencia a posibles observadores extraterrestres.
Esta investigación, presentada en la reunión anual de la Royal Astronomical Society, explora cómo las fugas electromagnéticas de nuestras tecnologías son percibidas desde el espacio. Al simular la propagación de estas ondas, los científicos han medido su alcance y visibilidad para posibles civilizaciones situadas a distancias estelares.
Señales detectables a 200 años luz
Los radares civiles, como los de los aeropuertos, emiten una potencia combinada de 2×10¹⁵ vatios. Esta intensidad permitiría a telescopios extraterrestres similares al Green Bank Telescope, si existen, detectarlos en un radio de 200 años luz.
Los sistemas militares, más direccionales, producen patrones distintivos. Su emisión alcanza 1×10¹⁴ vatios en ciertas direcciones, creando una firma identificable como artificial. Estas variaciones podrían revelar nuestro nivel tecnológico.
Según los investigadores, estas fugas involuntarias constituyen una "tecnofirma" universal. Cualquier civilización que desarrolle radares y aviación probablemente emitiría señales comparables.
Una nueva pista para la búsqueda extraterrestre
El estudio propone un enfoque novedoso para detectar civilizaciones avanzadas. En lugar de buscar mensajes intencionales, sugiere observar las emisiones tecnológicas no voluntarias de otros planetas.
Las simulaciones incluyen estrellas cercanas como Barnard (6 años luz) y AU Microscopii (32 años luz). Los resultados muestran que la rotación de un planeta crea patrones temporales reconocibles, reforzando la detectabilidad.
Este método también abre otras perspectivas. Ayuda a evaluar el impacto de nuestras tecnologías en el entorno espacial y a diseñar sistemas menos intrusivos para futuras investigaciones astronómicas.
Para profundizar: ¿Cuál es el alcance real de nuestras emisiones?
Próxima Centauri b, el exoplaneta habitable más cercano, se encuentra a 4,2 años luz. Nuestras señales de radar lo alcanzan desde hace décadas. Una civilización local con tecnología comparable seguramente ya las habría detectado.
Nuestras emisiones podrían ser captadas a 200 años luz, una zona que incluye miles de estrellas. Entre ellas, varias docenas albergan planetas en zona habitable, objetivos potenciales para la búsqueda de vida inteligente.
El estudio subraya, sin embargo, que la detección sigue dependiendo de la sensibilidad de los instrumentos extraterrestres. Solo las civilizaciones con telescopios avanzados podrían localizarnos a tales distancias.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Royal Astronomical Society