Desde hace una década, una señal de radio intriga a los astrónomos. Cada dos horas, un pulso proveniente de la constelación de la Osa Mayor atraviesa el espacio. Su regularidad asombrosa y su duración inusual contradicen las explicaciones clásicas. ¿Cuál es la fuente de estas emisiones enigmáticas?
Estos pulsos, detectados por el radiotelescopio LOFAR, difieren de las ráfagas rápidas de radio (FRB) conocidas. Duran varios segundos y se repiten con una regularidad sorprendente. Gracias a observaciones complementarias, los investigadores han identificado la fuente: un sistema binario donde los campos magnéticos de las dos estrellas interactúan violentamente.
Ilustración artística de una enana roja (a la izquierda) y una enana blanca (en el centro) orbitando una alrededor de la otra. Su órbita es tan estrecha que sus campos magnéticos interactúan, generando pulsos de radio cada dos horas.
Imagen de Daniëlle Futselaar/artsource.nl.
Un sistema binario con interacciones magnéticas intensas
El sistema, denominado ILT J1101, está compuesto por una enana blanca y una enana roja en una órbita estrecha. Su revolución completa dura 125,5 minutos. En cada paso, sus campos magnéticos colisionan, produciendo un pulso de radio detectable desde la Tierra.
Las observaciones ópticas han confirmado la presencia de las dos estrellas. Las variaciones de movimiento de la enana roja, medidas mediante espectroscopía, han revelado la presencia de su compañera invisible: la enana blanca. Esta última, demasiado débil para ser vista directamente, ha sido identificada por su influencia gravitacional.
Este descubrimiento es una primicia. Hasta ahora, solo se sabía que las estrellas de neutrones emitían pulsos de radio largos. Este sistema binario muestra que otros objetos compactos, como las enanas blancas, pueden producir señales similares.
Un enigma cósmico con implicaciones mayores
Los pulsos de radio de ILT J1101 plantean nuevas preguntas. ¿Son producidos por el campo magnético de la enana blanca sola, o por la interacción de las dos estrellas? Los investigadores están trabajando en estas hipótesis, mientras exploran otros sistemas similares.
Este descubrimiento podría arrojar luz sobre el origen de algunos FRB, esas ráfagas rápidas de radio aún poco comprendidas. Muestra que los sistemas binarios, con estrellas muertas, pueden generar emisiones de radio potentes y regulares. Los astrónomos esperan encontrar otros ejemplos para comprender mejor estos fenómenos.
Los próximos pasos incluyen el estudio de las emisiones ultravioleta del sistema, que podrían revelar la temperatura de la enana blanca y su historia. Cada nueva observación aporta pistas valiosas para resolver este enigma cósmico.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Astronomy