Adrien - Jueves 16 Octubre 2025

🗣️ Respirar para hablar: cuando el cerebro toma el control de la respiración

La respiración es un gesto vital, tan automático que lo olvidamos. Sin embargo, para producir el habla, la respiración debe modularse para ajustar la espiración al ritmo de la conversación.

En un artículo publicado en la revista Scientific Reports, científicos, mediante imágenes cerebrales funcionales, han identificado los mecanismos cerebrales que permiten sincronizar la respiración con la toma de palabra.


Imagen de ilustración Pixabay


Cuando la respiración se convierte en lenguaje


Para producir el habla, nuestro cerebro debe transformar este mecanismo de supervivencia en una herramienta de comunicación, modulando la respiración para ajustar la espiración al ritmo de la conversación. Un estudio publicado en Scientific Reports revela cómo el sistema nervioso central logra esta hazaña: inhibe activamente el tronco cerebral, responsable del ritmo respiratorio automático, para alinear la respiración con la producción del habla.


Para explorar este fenómeno, los científicos estudiaron conversaciones naturales mediante imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf), mientras registraban simultáneamente la respiración. Veinticinco voluntarios, acostados en un escáner, dialogaron libremente y en tiempo real con un interlocutor, mientras se registraba de manera sincrónica su actividad cerebral y su respiración.

Este enfoque permitió distinguir los ciclos en los que la respiración servía únicamente para el intercambio gaseoso vital, de aquellos en los que se preparaba para acompañar el habla.

Un mecanismo al servicio de la comunicación


Los resultados muestran que aproximadamente 200 milisegundos antes de comenzar a hablar, los participantes tienen los pulmones llenos para preparar la espiración vocal. En ese preciso momento, el tronco cerebral, que genera el ritmo respiratorio automático, se inhibe, dando paso a un control voluntario.

Esta inhibición implica la corteza sensoriomotora, que recibe la información corporal indicando que los pulmones están listos para expulsar el aire para hablar, y el cerebelo, que coordina finamente la sincronización entre espiración y habla. Este mecanismo permite transformar un acto automático, destinado a la supervivencia, en un acto voluntario implicado en la comunicación.

Este descubrimiento ofrece una perspectiva inédita sobre las bases neurofisiológicas de la conversación humana. Muestra que hablar no es solo un acto lingüístico o social: también es un acto biológico donde el cerebro reorganiza temporalmente una función vital. Estos resultados abren perspectivas para comprender mejor ciertos trastornos de la respiración relacionados con el habla y podrían inspirar nuevos enfoques para la rehabilitación.

Fuente: CNRS INSB
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