En primavera, los cantos de los pájaros se vuelven más frecuentes e intensos. Este fenómeno está principalmente relacionado con su ciclo de reproducción y con cambios ambientales específicos de esta estación.
Imagen de ilustración Pixabay
El aumento de la duración de los días en primavera desencadena cambios hormonales en los pájaros. La mayor exposición a la luz reduce la secreción de melatonina, una hormona que regula, entre otras cosas, la reproducción. Como resultado, los niveles de testosterona aumentan, estimulando el crecimiento de los órganos reproductores e incitando a los machos a cantar más para atraer a las hembras y defender su territorio.
El canto es esencial para los machos que buscan atraer una pareja. Las hembras a menudo prefieren a los machos con cantos complejos y vigorosos, percibidos como un signo de buena salud y capacidad reproductiva. Además, los pájaros utilizan su canto para delimitar y defender su territorio contra intrusos, reforzando así su posición para la temporada de reproducción.
La primavera trae una abundancia de alimentos, particularmente insectos ricos en energía. Esta mayor disponibilidad permite a los pájaros dedicar más energía y tiempo al canto. En invierno, la escasez de alimento y las condiciones climáticas difíciles limitan su capacidad para cantar con frecuencia.
Las primeras horas del día ofrecen condiciones óptimas para que los cantos se propaguen más lejos. Por la mañana, el aire es más calmado y fresco, lo que ayuda a la transmisión del sonido. Además, hay menos ruido ambiental a esa hora, lo que permite que los cantos se escuchen más claramente y a mayores distancias, lo que incita a los pájaros a lanzarse a una competencia feroz.
Aunque algunas investigaciones recientes muestran que el alcance del sonido puede ser similar en otros momentos del día, la mañana sigue siendo óptima para la claridad y consistencia de los cantos. En un doble efecto, percibimos así cantos provenientes de más lejos, aumentando la cantidad de cantos que llegan a nuestros oídos.
Así, los pájaros cantan más en primavera debido a cambios hormonales desencadenados por el alargamiento de los días, a la necesidad de atraer parejas y defender sus territorios, así como a la mayor disponibilidad de alimentos. Estos factores combinados hacen de la primavera la estación ideal para la explosión de vocalizaciones que observamos cada año.