Durante décadas, los científicos pensaban que Plutón no podía albergar un océano debido a su temperatura superficial de aproximadamente -220°C, una temperatura tan fría que incluso gases como el nitrógeno y el metano se solidifican. El agua líquida, por lo tanto, parecía improbable.
Sin embargo, un océano de agua líquida bajo la superficie helada de Plutón se revela gracias a las nuevas investigaciones de Alex Nguyen, estudiante de ciencias de la Tierra, del medio ambiente y de los planetas en la Universidad de Washington en St. Louis.
En un estudio
publicado en la revista
Icarus, Alex Nguyen utiliza modelos matemáticos e imágenes de la sonda New Horizons, que sobrevoló Plutón en 2015, para examinar de cerca el océano que probablemente se encuentra bajo una gruesa capa de hielo de nitrógeno, hielo de metano y hielo de agua. Patrick McGovern del Instituto Lunar y Planetario en Houston es coautor de este estudio.
Debido a su pequeño tamaño, Plutón debería haber perdido casi todo su calor poco después de su formación, para convertirse rápidamente en un cuerpo congelado hasta su núcleo. Sin embargo, indicios recogidos por los científicos, en particular los criovolcanes de Plutón que expulsan hielo y vapor de agua, han sugerido la probable presencia de un océano líquido bajo el hielo.
El nuevo estudio examina este océano en detalle, aunque es demasiado profundo para ser observado directamente. Nguyen y McGovern han elaborado modelos matemáticos para explicar las grietas y protuberancias en el hielo que cubre el cuenco Sputnik Planitia de Plutón, sitio de una colisión meteórica hace varios miles de millones de años. Sus cálculos sugieren que el océano se encuentra bajo una capa de hielo de 40 a 80 km de espesor, un escudo que impide que el agua se congele por completo.
También calcularon la densidad, o la salinidad, probable de este océano en función de las fracturas observadas en la superficie. Estiman que el océano de Plutón es, como máximo, aproximadamente un 8 % más denso que el agua de mar en la Tierra, es decir, aproximadamente la misma densidad que la del Gran Lago Salado en Utah.
Nguyen explica que este nivel de densidad justifica la abundancia de fracturas observadas. Si el océano fuera menos denso, la capa de hielo se colapsaría, creando más fracturas. Si el océano fuera más denso, habría menos fracturas.
Fuente: Icarus