Cédric - Viernes 7 Marzo 2025

Nuestro cerebro contiene el equivalente a una cucharada de nanoplásticos 🧠

El cerebro humano ahora acumula microplásticos en cantidades preocupantes. Estas partículas, provenientes de la degradación de los desechos plásticos, podrían desempeñar un papel en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.


Un estudio reciente, publicado en Brain Medicine, revela que los tejidos cerebrales contienen concentraciones de microplásticos y nanoplásticos muy superiores a las de otros órganos. Los investigadores destacan un aumento alarmante de estas partículas entre 2016 y 2024, en paralelo con el incremento de los niveles de plástico en el medio ambiente.

Una infiltración preocupante en el cerebro


Los microplásticos, que miden menos de 5 milímetros, y los nanoplásticos, aún más pequeños, se encuentran en todas partes: en el agua, el aire y la cadena alimentaria. Su tamaño diminuto les permite atravesar barreras biológicas (como la barrera hematoencefálica en el caso del cerebro), donde se acumulan en cantidades sorprendentes. Los investigadores estiman que el cerebro humano contiene el equivalente a una cucharada de estas partículas, una cantidad alarmante para un órgano tan sensible.


Los análisis post mortem muestran que el cerebro contiene hasta 30 veces más de estas partículas que el hígado o los riñones. Los nanoplásticos, en particular, son capaces de penetrar las paredes de los vasos sanguíneos cerebrales, lo que podría explicar su alta concentración. Las personas con demencia presentan niveles de 3 a 5 veces superiores a los de individuos sin trastornos neurológicos.

Los investigadores identificaron 12 tipos de polímeros plásticos en los tejidos cerebrales, con una predominancia de polietileno, comúnmente utilizado en envases. Este hallazgo plantea preguntas sobre los efectos a largo plazo de estos materiales en la salud neurológica, especialmente porque su concentración en el cerebro ha aumentado de manera exponencial entre 2016 y 2024.

Soluciones simples para limitar la exposición


Una de las principales fuentes de exposición a los microplásticos es el agua embotellada. Reemplazarla por agua del grifo filtrada podría reducir en un 90 % la ingesta anual de estas partículas. Las bolsitas de té de plástico y los recipientes de alimentos calentados en el microondas también son fuentes importantes.

Los autores del estudio recomiendan evitar los envases de plástico para calentar o almacenar alimentos, prefiriendo el vidrio o el acero inoxidable. Aunque estas medidas parecen efectivas, se necesitan más investigaciones para confirmar su impacto en la reducción de microplásticos en el organismo.

Estudios preliminares sugieren que la sudoración podría ayudar a eliminar algunos compuestos plásticos. Sin embargo, los mecanismos de eliminación aún no se comprenden bien, y los científicos piden más investigaciones para establecer límites de exposición seguros.

Para profundizar: ¿Qué es la barrera hematoencefálica?


La barrera hematoencefálica es una estructura protectora que regula los intercambios entre la sangre y el cerebro. Compuesta por células endoteliales estrechamente unidas, normalmente impide que sustancias nocivas, patógenos y toxinas penetren en el tejido cerebral. Desempeña un papel esencial en el mantenimiento del entorno estable necesario para el buen funcionamiento de las neuronas.


Sin embargo, esta barrera no es infalible. Algunas partículas de tamaño muy pequeño, como los nanoplásticos (menos de 200 nanómetros), pueden atravesarla. Una vez en el cerebro, estas partículas se acumulan y podrían alterar las funciones cerebrales, provocando inflamación o interfiriendo con las células inmunitarias específicas del sistema nervioso.

La capacidad de los nanoplásticos para atravesar esta barrera explica en parte su alta concentración en el cerebro. Este descubrimiento genera preocupación sobre su posible papel en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como la demencia. Se necesitan más investigaciones para comprender completamente los mecanismos de acción y las consecuencias a largo plazo.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Brain Medicine
Ce site fait l'objet d'une déclaration à la CNIL
sous le numéro de dossier 1037632
Informations légales