Procrastinar, esta tendencia a posponer sistemáticamente lo que debemos hacer, es un fenómeno común que muchos de nosotros conocemos bien. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tokio revela que una visión optimista del futuro puede reducir considerablemente la procrastinación severa.
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Los investigadores descubrieron que las personas con una percepción pesimista del futuro, anticipando niveles elevados de estrés, son más propensas a la procrastinación severa. Por el contrario, aquellos que consideran que el estrés disminuirá en el futuro tienen menos tendencia a procrastinar.
Para llevar a cabo este estudio, los científicos introdujeron nuevas medidas llamadas "vista cronológica del estrés" y "vista cronológica del bienestar". Pidieron a 296 participantes que calificaran sus niveles de estrés y bienestar a lo largo de nueve periodos de tiempo que iban de los últimos diez años a los próximos diez años. Luego, un análisis de agrupación permitió clasificar a los participantes según sus respuestas y evaluarlos en una escala de procrastinación.
Surgieron cuatro grupos distintos: el grupo "descendente" (el estrés disminuye con el tiempo), el grupo "ascendente" (el estrés aumenta), el grupo "en forma de V" (el estrés es más bajo en el presente) y el grupo "montaña desplazada" (el estrés alcanza su punto máximo en el pasado y disminuye hacia el futuro). El porcentaje de procrastinadores severos era notablemente más bajo en el grupo "descendente", lo que indica que creer que el estrés futuro disminuirá reduce la procrastinación.
Sin embargo, el estudio tiene sus limitaciones. Todos los participantes tenían alrededor de veinte años, lo que plantea la cuestión de la generalización de los resultados a otros grupos de edad. Además, no se probó ninguna intervención para ver si cambiar la percepción del futuro reducía directamente la procrastinación.
Para los procrastinadores crónicos que buscan cambiar, los resultados sugieren que cultivar una visión optimista del futuro podría ayudar a superar la tendencia a preferir la gratificación inmediata frente a los objetivos a largo plazo. Según los investigadores, los procrastinadores a menudo descuidan el futuro porque piensan que será más estresante que el presente. Adoptando una perspectiva más positiva, los individuos podrían estar más motivados para realizar tareas difíciles pero beneficiosas a largo plazo.
Saya Kashiwakura, coautora del estudio, espera que estos resultados sean particularmente útiles en el sector educativo. Afirma que los estudiantes pueden obtener mejores resultados y un mayor bienestar comprendiendo científicamente sus tendencias a la procrastinación y trabajando activamente para mejorar, en lugar de culparse a sí mismos.
Cambiar perspectivas profundamente arraigadas no es una tarea sencilla. Sin embargo, técnicas cognitivas como la visualización positiva del futuro podrían ayudar a reformular su visión del futuro de manera más optimista. Estos resultados destacan la importancia de nuestra percepción subjetiva del futuro en la formación de nuestros comportamientos y nuestra motivación diaria.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Scientific Reports