Adrien - Miércoles 26 Febrero 2025

Nuestra confianza en nosotros mismos, una debilidad para la desinformación 🤔

Las redes sociales están llenas de información dudosa, y se vuelve esencial saber distinguir lo verdadero de lo falso.

Un estudio reciente publicado en Communications Psychology muestra que nuestra confianza en nuestros juicios sobre la veracidad de la información no permite predecir la precisión de esos juicios. Sin embargo, esta confianza es el factor principal que motiva la demanda de información adicional para reducir la incertidumbre respecto a información ambigua.



Un experimento revelador


En este experimento, 259 participantes debían evaluar la veracidad de breves informaciones, emocionalmente neutras, relacionadas con temas de ecología, democracia y justicia social. Estos artículos, deliberadamente ambiguos, podían ser verdaderos o falsos.

Después de dar su opinión, los participantes debían indicar su nivel de confianza y decidir si deseaban consultar información adicional para verificar sus juicios. Para ello, se les invitaba a indicar cuánto estaban dispuestos a pagar para acceder a esta información adicional (debunking) siguiendo un procedimiento que aseguraba una revelación fiable de sus preferencias.

Los resultados son sorprendentes: la confianza de los participantes en su capacidad para distinguir lo verdadero de lo falso a menudo tiene poco que ver con su capacidad real para juzgar la veracidad de la información. Un nivel de confianza elevado, incluso cuando los juicios son erróneos, reduce la probabilidad de buscar información adicional.


a - Los participantes leían una breve noticia y debían estimar la probabilidad de que fuera verdadera o falsa, lo que permitía medir tanto su juicio de veracidad como su confianza en su juicio.
b - La confianza de los participantes en su juicio sobre la veracidad no estaba calibrada, es decir, estaba disociada de su capacidad para discernir la información verdadera de la falsa.
c - A pesar de esta disociación, era a partir de su confianza en su juicio que los participantes decidían cuándo recibir más información.
© Jean-Claude Dreher

Por el contrario, los participantes poco confiados, incluso cuando sus juicios eran correctos, estaban más dispuestos a profundizar en la verdad buscando más información. Esta discrepancia genera un problema crítico: el desconocimiento de sus propias carencias impide que las personas corrijan sus errores.

El impacto de la ambigüedad de la información



Las características de la información también juegan un papel importante. Las informaciones imprecisas o polarizantes pero verdaderas a menudo son, erróneamente, consideradas falsas con un alto grado de confianza. Por otro lado, las informaciones falsas que parecen precisas o menos polarizantes suelen ser consideradas verdaderas.

La ambigüedad de la información, más que las convicciones personales o los sesgos cognitivos, apareció como el principal culpable, llevando a los participantes a errores de juicio e impidiéndoles corregir su mala percepción al buscar información correctiva.

Un desafío para luchar contra la desinformación


Este estudio pone de manifiesto un doble problema. Por un lado, los contenidos ambiguos nos llevan a cometer errores de juicio. Por otro, una confianza mal ubicada en nuestra capacidad para evaluar la verdad a menudo nos impide corregir esos errores.

Los científicos sugieren que, para navegar mejor en el océano de información de los medios sociales, debemos aprender a evaluar mejor nuestra propia confianza. Soluciones como programas de educación en 'debunking' o herramientas para analizar mejor la información podrían ayudarnos a mejorar nuestras decisiones frente a contenidos ambiguos.

Fuente: CNRS INSB
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