Cédric - Viernes 13 Diciembre 2024

¿Naciste antes de 1986? Aquí te explicamos por qué podrías desarrollar trastornos psíquicos ⚠️

La exposición al plomo, especialmente a través de los gases de escape de los automóviles, tendría consecuencias mucho más profundas de lo que se pensaba.

Investigaciones recientes sugieren que podría ser responsable de cientos de millones de trastornos psiquiátricos en todo el mundo, afectando particularmente a las generaciones que vivieron antes del fin del uso de la gasolina con plomo. Pero, ¿cómo un simple elemento químico pudo impactar tanto nuestra salud mental?


El plomo es un neurotóxico potente, capaz de destruir células cerebrales y alterar la función cognitiva. Un estudio realizado por investigadores de Duke y de la Universidad Estatal de Florida revela que la exposición a este metal pesado durante la infancia podría tener efectos duraderos sobre la salud mental de los adultos, especialmente aquellos nacidos entre los años 1966 y 1986.


En el núcleo del estudio se encuentra la idea de que la introducción del plomo en la gasolina en 1923 no solo mejoró el rendimiento de los motores, sino que también expuso a generaciones enteras a niveles peligrosos de plomo. A pesar de la prohibición de esta sustancia en la gasolina, los rastros de esta toxicidad siguen afectando a millones de personas.

Los investigadores estimaron que la exposición al plomo, especialmente a través de los gases de escape, sería la causa de 151 millones de casos de trastornos mentales solo en los Estados Unidos. Ansiedad, depresión, TDAH, e incluso alteraciones de la personalidad se encuentran entre las consecuencias más graves registradas. Para entender la magnitud del fenómeno, el equipo analizó datos históricos sobre los niveles de plomo en la sangre de los niños estadounidenses desde 1940 hasta 2015.

El impacto del plomo no se limita a las enfermedades psíquicas. El metabolismo del plomo interfiere con funciones cerebrales esenciales para el desarrollo infantil. Esto genera efectos no solo sobre la inteligencia, sino también sobre la personalidad y los comportamientos de las personas expuestas.

Una de las conclusiones más destacadas del estudio es que la generación más afectada por esta contaminación es la de la generación X, las personas nacidas entre 1966 y 1986. Estas vivieron en un contexto donde los niveles de plomo eran particularmente altos. En consecuencia, esta generación habría sido especialmente vulnerable a trastornos mentales y conductuales.

Sin embargo, la exposición al plomo no se limita a la gasolina. El metal también estuvo presente en pinturas, tuberías y algunos productos de consumo cotidiano, lo que agravó los riesgos sanitarios a gran escala. Estos descubrimientos destacan los efectos insidiosos de un contaminante que durante mucho tiempo fue subestimado.


La investigación también recuerda la importancia de vigilar las fuentes actuales de exposición. Aunque la gasolina con plomo está ahora prohibida, muchas infraestructuras antiguas aún contienen este metal pesado, lo que sigue siendo una amenaza, especialmente en casas antiguas.

Los investigadores subrayan la necesidad de comprender los efectos a largo plazo del plomo para proteger a las generaciones actuales. Enfatizan la urgencia de reforzar la prevención y la vigilancia de los riesgos asociados con la exposición a este metal, para evitar que cause aún más problemas de salud pública.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: The Journal of Child Psychology and Psychiatry
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