Maria Branyas Morera, fallecida a los 117 años en agosto de 2024, presentaba características biológicas sorprendentemente jóvenes. Un estudio reciente explora los secretos de su longevidad excepcional.
Los investigadores analizaron muestras biológicas de Branyas, revelando factores potenciales de protección contra enfermedades. Entre ellos, genes relacionados con la función inmunológica, un excelente nivel de colesterol y una flora intestinal rica en bacterias antiinflamatorias.
Maria Branyas Morera en su 117º cumpleaños el 4 de marzo de 2024.
Crédito: Arxiu de la família Branyas Morera, (CC0 1.0 UNIVERSAL Deed), vía Wikimedia Commons
El estudio, publicado en
bioRxiv, aún no ha sido revisado por pares. Compara los resultados biológicos de Branyas con los de mujeres más jóvenes, identificando siete variantes genéticas raras que podrían explicar su longevidad.
Estas variantes, asociadas con funciones cognitivas e inmunológicas mejoradas, así como con una mejor función mitocondrial, sugieren una protección contra varias enfermedades. Además, la flora intestinal de Branyas estaba dominada por bacterias beneficiosas, probablemente gracias a su dieta rica en yogures.
Un descubrimiento intrigante se refiere a la edad molecular de Branyas, que parecía más joven que su edad cronológica. A pesar de tener telómeros muy cortos, típicos de su edad avanzada, los marcadores de metilación de su ADN sugerían una edad fisiológica inferior.
Este estudio abre perspectivas para comprender los mecanismos de la longevidad y considerar intervenciones para prolongar la vida en buena salud. Sin embargo, la validación de la edad de algunos supercentenarios sigue siendo complicada, con dudas sobre la exactitud de los documentos históricos.
Maria Branyas Morera de niña (en blanco), con su familia en Nueva Orleans en 1911.
Crédito: Autor desconocido, dominio público, vía Wikimedia Commons
A pesar de estas incertidumbres, la biología de Branyas ofrece pistas valiosas para distinguir los cambios relacionados con el envejecimiento saludable de aquellos asociados con enfermedades. Sus marcadores biológicos podrían guiar futuras investigaciones sobre el envejecimiento.
¿Qué es la metilación del ADN?
La metilación del ADN es un proceso bioquímico en el que grupos metilo se añaden al ADN, influyendo en la expresión de los genes. Este mecanismo juega un papel crucial en el desarrollo, la diferenciación celular y el envejecimiento.
Con la edad, los patrones de metilación cambian, lo que puede servir como "reloj biológico" para estimar la edad fisiológica de una persona. Estos cambios se estudian para comprender cómo afectan la salud y la longevidad.
La metilación puede ser influenciada por factores ambientales, como la dieta y el estrés, así como por factores genéticos. También está implicada en enfermedades como el cáncer, donde genes supresores de tumores pueden ser desactivados por una metilación excesiva.
La investigación sobre la metilación del ADN abre perspectivas para desarrollar terapias dirigidas a revertir o ralentizar los efectos del envejecimiento, enfocándose específicamente en las modificaciones epigenéticas.
¿Cómo influyen los telómeros en el envejecimiento?
Los telómeros son estructuras ubicadas en los extremos de los cromosomas, protegiendo el ADN de la degradación. Con cada división celular, los telómeros se acortan, un proceso asociado con el envejecimiento celular.
El acortamiento de los telómeros se considera un marcador del envejecimiento biológico. Cuando los telómeros se vuelven demasiado cortos, las células entran en senescencia o mueren, contribuyendo al envejecimiento del organismo.
Factores como el estrés oxidativo y la inflamación pueden acelerar el acortamiento de los telómeros. Por el contrario, un estilo de vida saludable, que incluye una dieta equilibrada y ejercicio, puede ralentizar este proceso.
La investigación sobre los telómeros busca comprender cómo preservar su longitud para retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades relacionadas con la edad. Enzimas como la telomerasa, que puede alargar los telómeros, se estudian por su potencial terapéutico.
Fuente: bioRxiv