Las concentraciones de metano (CH4) alcanzan niveles récord. Este gas, aunque menos mediático que el dióxido de carbono, está acelerando peligrosamente el calentamiento global. Un nuevo estudio del Global Carbon Project enciende las alarmas.
A pesar de las múltiples promesas para reducir las emisiones de metano, los números no dejan de aumentar. La situación parece inextricable, a pesar de los compromisos adquiridos durante la COP26 en Glasgow en 2021.
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El metano tiene un poder de calentamiento 80 veces más potente que el dióxido de carbono en un período de veinte años. Este gas es también responsable de un tercio del calentamiento global desde la era preindustrial. Sin embargo, a menudo pasa desapercibido en las políticas climáticas, aunque su tiempo de vida en la atmósfera es relativamente corto (12 años en comparación con varios siglos para el dióxido de carbono) y cada acción concreta tiene efectos rápidos y palpables.
En 2020, las emisiones de metano alcanzaron un récord de 400 millones de toneladas emitidas. Esta cifra sigue aumentando, a pesar del compromiso de más de 100 países para reducir estas emisiones en un 30 % para 2030. Un pacto que ya parece comprometido.
La agricultura, las energías fósiles y los residuos son las principales fuentes humanas de metano. Los mayores emisores son China, India, Estados Unidos, Brasil y Rusia, mientras que Europa y Australia han logrado reducir sus emisiones.
Sin embargo, existen soluciones para limitar estas emisiones. La detección y reparación de fugas, la recuperación de los gases emitidos y una mejor gestión de los residuos podrían contribuir a una disminución rápida de las emisiones de metano. En la agricultura, ajustes en la alimentación del ganado y la gestión de los desechos orgánicos también podrían ayudar.
La ONU, durante las últimas negociaciones, eliminó toda mención sobre el abandono de las energías fósiles. Esta decisión pone de relieve la persistente brecha entre las declaraciones políticas y las acciones concretas para reducir los gases de efecto invernadero.
Los científicos insisten: es urgente actuar. Ya no se trata de promesas, sino de medidas concretas para frenar el aumento de la temperatura global. Al enfocarse en el metano, el calentamiento a corto plazo podría ralentizarse de manera significativa.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Environmental Research Letters