Una nueva técnica revela una abundancia insospechada de calamares hace 100 millones de años. Su dominio cuestiona nuestra visión de los ecosistemas marinos antiguos.
Hasta ahora, los científicos pensaban que los calamares solo habían prosperado después de la extinción de los dinosaurios. Un estudio japonés publicado en
Science revoluciona esta idea al revelar una diversidad excepcional de estos cefalópodos mucho antes. Gracias a un método de análisis 3D inédito, se han detectado cientos de fósiles.
Un avance mayor en el análisis de fósiles
Los investigadores utilizaron la tomografía por pulido, una técnica destructiva pero ultra precisa. Permite reconstruir en detalle el contenido de una roca al pulirla capa por capa. Este enfoque reveló 1.000 picos de cefalópodos, de los cuales 263 pertenecían a calamares.
Entre estos especímenes, 40 especies eran desconocidas. Sus picos, que miden menos de 20 mm, explican por qué habían pasado desapercibidos. Su finura, a veces inferior a 10 micrómetros, hacía imposible su detección con los métodos tradicionales.
Los calamares, carentes de concha, rara vez se fosilizan. Sus picos resistentes se convierten así en pistas clave para rastrear su evolución.
Un dominio ecológico insospechado
Los calamares superaban en número y tamaño a los peces y las amonitas, considerados hasta ahora los reyes de los mares del Mesozoico. Algunos alcanzaban dimensiones comparables a las de los peces contemporáneos.
Los dos grupos modernos de calamares ya existían: los Myopsida (litorales) y los Oegopsida (pelágicos). Su diversificación explosiva se remonta por tanto al Cretácico, mucho antes de la extinción de los dinosaurios.
Estos resultados sugieren una biomasa mucho más importante de lo previsto. Los calamares probablemente eran los depredadores dominantes, anticipando el auge de los nadadores rápidos e inteligentes actuales.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Science