Adrien - Jueves 25 Diciembre 2025

🔭 Los astrónomos se equivocaron: lo que observaron no son planetas

Unos investigadores primero creyeron identificar un exoplaneta cubierto de polvo, pero este objeto se desvaneció. Poco después, apareció un nuevo punto luminoso, indicando un fenómeno totalmente diferente.


Esta ilustración artística muestra la colisión violenta de dos objetos masivos en órbita alrededor de la estrella Fomalhaut.
Crédito: NASA, ESA, STScI, Ralf Crawford (STScI)

Posteriormente, los análisis demostraron que estas fuentes luminosas eran nubes de escombros incandescentes, y no planetas. Paul Kalas, astrónomo de la Universidad de California en Berkeley, informó de que esta era la primera vez que se observaba un evento así fuera de nuestro Sistema Solar. Estas colisiones implican a planetesimales, pequeños objetos rocosos similares a los asteroides, que juegan un papel en la formación de mundos (explicación al final del artículo).

La detección de dos impactos distintos en el mismo sistema en tan solo veinte años es particularmente inusual. De hecho, los modelos teóricos predecían una colisión cada aproximadamente 100.000 años, lo que hace esta observación excepcional. Esta rareza ofrece una ventana única sobre los procesos dinámicos que pueden conducir al nacimiento de nuevos planetas, gracias al estudio de los materiales dispersados.


Esta secuencia ilustra los eventos que conducen a la creación de la nube de polvo cs2 alrededor de Fomalhaut, mostrando la aproximación, la colisión y la dispersión de los escombros.
Crédito: NASA, ESA, STScI, Ralf Crawford (STScI)


La estrella Fomalhaut, situada a 25 años luz, es famosa por sus cinturones de escombros polvorientos. Por ejemplo, un objeto anteriormente llamado Fomalhaut b, considerado durante mucho tiempo un candidato a exoplaneta, resultó ser una nube de polvo similar. Su desaparición gradual y la aparición súbita de otra nube confirman que estos elementos no son planetas, sino residuos de choques cósmicos.

Estos resultados tienen consecuencias para las futuras búsquedas de exoplanetas, ya que las nubes de escombros pueden imitar un reflejo de la luz estelar. Este parecido podría inducir a error a los instrumentos diseñados para detectar planetas. Por consiguiente, esto requiere métodos de observación precisos para distinguir los verdaderos exoplanetas de los artefactos luminosos en los sistemas estelares.

Para profundizar en estos descubrimientos, los científicos planean utilizar el telescopio espacial James Webb. Su instrumento NIRCam permitirá analizar el tamaño de los granos de polvo y la composición de los escombros, incluyendo la posible presencia de agua y hielo.


Imagen compuesta del Hubble que muestra las nubes de escombros cs1 y cs2 alrededor de Fomalhaut, con la estrella enmascarada para resaltar las estructuras.
Crédito: NASA, ESA, Paul Kalas (UC Berkeley)


Los planetesimales: elementos fundamentales de la creación planetaria


Los planetesimales son pequeños cuerpos rocosos o helados que orbitan alrededor de estrellas jóvenes. Se forman a partir del polvo y el gas presentes en los discos protoplanetarios, donde las partículas se aglomeran progresivamente bajo el efecto de la gravedad. Estos objetos, de un tamaño que va desde unos metros hasta varios kilómetros, representan los ladrillos básicos de los futuros planetas.

Cuando los planetesimales chocan, pueden fusionarse para formar cuerpos más masivos, un proceso central en la formación de planetas rocosos como la Tierra. Estos impactos también liberan calor y escombros, que pueden influir en la composición y la evolución del sistema estelar. Estudiar estas colisiones ayuda así a entender cómo se ensamblan los mundos a lo largo del tiempo.

En nuestro propio Sistema Solar, los planetesimales jugaron un papel esencial hace miles de millones de años. Los asteroides y los cometas que observamos hoy son vestigios de esa época, ofreciendo pistas sobre las condiciones iniciales. Las observaciones de colisiones en otros sistemas, como Fomalhaut, permiten comparar estos procesos a escala galáctica.

Fuente: Science
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