El observatorio espacial James Webb (JWST), conocido por su habilidad para sondear las profundidades del Universo, esta vez nos ofrece una visión profética sobre el destino lejano de nuestro propio Sistema Solar, al identificar potencialmente dos exoplanetas orbitando alrededor de enanas blancas, los restos estelares de lo que serán un día estrellas similares a nuestro Sol. Estas observaciones sugieren un futuro donde planetas similares a los gigantes gaseosos de nuestro sistema podrían perdurar bien después de la muerte de su estrella.
Los dos planetas candidatos, observados directamente gracias al instrumento MIRI del JWST, orbitan alrededor de dos enanas blancas y presentan características sorprendentemente similares a las de Júpiter y Saturno, tanto en masa como en distancia de su estrella muerta. Este descubrimiento sugiere que, incluso después de la transformación del Sol en enana blanca, devorando a los planetas internos hasta Marte, los gigantes gaseosos podrían sobrevivir, derivando hacia órbitas más alejadas.
Esta hipótesis se refuerza por la presencia de "metales" en las enanas blancas, indicando que los planetas gigantes podrían influenciar la trayectoria de cometas y asteroides, contribuyendo a la contaminación metálica observada en estas estrellas. Entre el 25 % y el 50 % de las enanas blancas muestran esta contaminación, dejando pensar que la presencia de planetas gigantes alrededor de las estrellas moribundas es un fenómeno común.
La detección directa de estas exoplanetas por el JWST es un logro raro y valioso para la astronomía, permitiendo potencialmente el estudio profundo de su composición atmosférica, su masa y su temperatura. Este tipo de observación directa, en contraposición a los métodos indirectos habituales, abre nuevas perspectivas para entender la supervivencia de los planetas alrededor de las estrellas en fin de vida.
Curiosamente, las características observadas en el espectro infrarrojo de estos planetas ponen en duda nuestros conocimientos actuales sobre la física y la química de las atmósferas de las exoplanetas, y podrían incluso sugerir la existencia de lunas calientes orbitando estas gigantes gaseosas.
La investigación sobre estos planetas candidatos, aún en espera de revisión por pares, promete iluminar nuestra comprensión de la evolución de los sistemas planetarios mucho más allá de la muerte de su estrella central, ofreciendo así una visión del futuro potencial de nuestro propio Sistema Solar.
Fuente: arXiv