El ciclo del agua, esencial para la vida en la Tierra, muestra signos de desequilibrio alarmantes. Según un informe reciente, los eventos climáticos extremos podrían intensificarse aún más en 2025, con consecuencias dramáticas para las poblaciones y los ecosistemas.
El año 2024 ha estado marcado por récords de calor y perturbaciones importantes en el ciclo hidrológico global. Estos cambios, amplificados por el calentamiento global, han provocado inundaciones devastadoras y sequías prolongadas, afectando a millones de personas.
Una intensificación de las precipitaciones extremas
Los datos muestran un aumento significativo de los episodios de lluvias intensas. En 2024, los récords de precipitaciones mensuales se batieron un 27 % más frecuentemente que a principios de siglo. Estas lluvias torrenciales han causado inundaciones importantes en China, Bangladesh y Europa, provocando daños materiales y humanos considerables.
Las inundaciones repentinas, como las observadas en España o Brasil, ilustran esta tendencia. Estos eventos, a menudo impredecibles, devastan infraestructuras y perturban las actividades agrícolas, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de muchas regiones.
Sequías más severas y extensas
Por el contrario, algunas zonas han sufrido sequías récord. En la Amazonía, los niveles de los ríos han alcanzado mínimos históricos, perturbando el transporte y la producción de energía hidroeléctrica. Los incendios forestales, alimentados por la sequía, han liberado enormes cantidades de gases de efecto invernadero.
En el sur de África, la producción de maíz ha caído más del 50 %, sumiendo a 30 millones de personas en la inseguridad alimentaria. Los ganaderos han tenido que sacrificar su ganado por falta de pastos, agravando la crisis económica y social.
Un calentamiento que amplifica las catástrofes
El calentamiento global acelera la evaporación del agua, agravando tanto las sequías como las inundaciones. Las tormentas, alimentadas por océanos más cálidos, se vuelven más intensas y lentas, descargando cantidades récord de agua en áreas reducidas.
En 2024, las temperaturas medias superaron en 1,2 °C las del inicio del siglo, afectando a casi cuatro mil millones de personas. Este aumento de las temperaturas también ha contribuido a eventos extremos, como las inundaciones en Afganistán y las sequías en América del Sur.
Riesgos aumentados para 2025
Las previsiones para 2025 son preocupantes. El informe anticipa un agravamiento de las sequías en el sur de África, América del Sur y Asia, así como un mayor riesgo de inundaciones en Europa y el Sahel. Estos fenómenos amenazan los recursos hídricos, la agricultura y la estabilidad de los ecosistemas.
Frente a estos cambios, los expertos piden reforzar los sistemas de alerta temprana y desarrollar infraestructuras resilientes. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero sigue siendo esencial para limitar la magnitud de los futuros desastres.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Global Water Monitor