Ceres, un planeta enano ubicado en el cinturón de asteroides, todavía oculta muchos secretos. Descubrimientos recientes podrían transformar nuestra comprensión de este misterioso objeto celeste.
Simulaciones informáticas sugieren que Ceres es en realidad mucho más rico en hielo de lo que se pensaba. Investigadores de la Universidad de Purdue y del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA han cuestionado recientemente la hipótesis dominante de que este planeta enano sea principalmente rocoso.
Al estudiar los cráteres presentes en la superficie de Ceres, los científicos descubrieron que éstos no se habían deformado significativamente en los últimos miles de millones de años. Esto podría indicar una fuerte presencia de hielo mezclado con materiales rocosos, lo que evitaría su deformación.
Las simulaciones muestran que con solo una pequeña cantidad de roca en el hielo, los cráteres conservan su forma. Ceres podría estar constituido en más del 90 % por hielo, contradiciendo las estimaciones anteriores que colocaban esta proporción en menos del 30 %.
Los investigadores también sugieren que Ceres pudo haber albergado en el pasado un océano de lodo. Con el tiempo, este océano se habría congelado, dejando tras de sí una corteza helada impregnada de material rocoso. Formaciones geológicas como fosas y domos apoyan esta teoría.
El equipo basó sus investigaciones en datos recogidos por la misión Dawn de la NASA, que permitió cartografiar la superficie de Ceres entre 2015 y 2018. Las observaciones también incluyen indicios de agua congelada bajo la superficie, revelados por datos espectrográficos y gravimétricos.
Ceres podría así convertirse en un modelo clave para el estudio de los mundos helados del Sistema Solar. Comparable a lunas oceánicas como Encélado o Europa, ofrece un terreno de exploración más accesible para futuras misiones espaciales.
Según los investigadores, algunas de las estructuras luminosas observadas en la superficie de Ceres podrían ser los restos de erupciones procedentes de su antiguo océano de lodo. Esto convierte a Ceres en un objetivo prometedor para futuras misiones destinadas a recolectar muestras.
¿Qué es Ceres?
Ceres es un planeta enano ubicado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Es el objeto más grande de esta región, con un diámetro de alrededor de 950 kilómetros. Descubierto en 1801 por el astrónomo Giuseppe Piazzi, Ceres fue clasificado durante mucho tiempo como un asteroide antes de ser reclasificado como planeta enano en 2006.
Ceres es un objeto de estudio para los científicos porque podría contener pistas sobre la formación del Sistema Solar. Su superficie helada y su supuesto pasado como océano de lodo la convierten en un modelo para lunas heladas como Europa (luna de Júpiter) y Encélado (luna de Saturno). Ceres podría así arrojar luz sobre los procesos geológicos e hidrológicos de estos mundos distantes.
Fuente: Nature Astronomy