Un diente para restaurar la visión: lo que parece salido de una novela de ciencia ficción es, sin embargo, una realidad médica. Una operación rara, llamada osteo-odonto-queratoprótesis (OOKP), utiliza un diente para sostener una lente óptica y devolver la vista a personas con ceguera corneal severa.
Un procedimiento en dos etapas
La OOKP es una intervención que se realiza en dos fases distintas, separadas por varios meses. La primera etapa consiste en extraer un diente del paciente, generalmente un canino, y darle forma para insertar una lente óptica de plástico (concretamente, el diente se talla en forma rectangular y se perfora un agujero para recibir la lente). Este diente modificado se implanta temporalmente en la mejilla del paciente, donde desarrolla un nuevo tejido y vascularización.
Mientras tanto, el ojo se prepara para recibir el implante. Los cirujanos retiran los tejidos cicatriciales de la córnea y los reemplazan con un injerto de tejido bucal, extraído del interior de la mejilla. Este injerto crea un entorno favorable para la futura implantación del diente.
La segunda etapa ocurre aproximadamente tres meses después. El diente, ahora cubierto de tejido vivo, se retira de la mejilla y se trasplanta al ojo. La lente óptica, integrada en el diente, restaura la visión. Este enfoque ingenioso aprovecha la biocompatibilidad de la dentina y minimiza los riesgos de rechazo.
Resultados prometedores a pesar de los riesgos
La OOKP muestra tasas de éxito impresionantes. Un estudio italiano publicado en 2022 reveló que el 94 % de los pacientes conservaban su visión 27 años después de la intervención. Estos resultados la convierten en una opción viable para personas con ceguera corneal severa, especialmente aquellas con enfermedades autoinmunes o quemaduras químicas.
Sin embargo, este procedimiento no está exento de riesgos. Estos incluyen infecciones, complicaciones postoperatorias y, en raros casos, pérdida total de la visión. Estos factores la convierten en una solución de último recurso, reservada para pacientes en los que otros tratamientos han fallado.
Para estos pacientes, los riesgos se ven ampliamente compensados por la esperanza de recuperar la vista. La OOKP representa una oportunidad única para retomar una vida normal, con actividades simples como leer o viajar.
Para profundizar: ¿Por qué usar un diente en esta cirugía?
El uso de un diente en la OOKP se basa en propiedades biológicas únicas. La dentina, el material principal de los dientes, es a la vez resistente y biocompatible, lo que la convierte en un soporte ideal para una lente óptica. Esta resistencia permite que el implante dure décadas sin degradarse, una ventaja importante para los pacientes.
Además, el diente es un tejido autólogo, es decir, proviene del propio paciente. Esto elimina casi por completo los riesgos de rechazo, a diferencia de los implantes sintéticos o los injertos de tejidos ajenos. La biocompatibilidad de la dentina también facilita la integración del implante en el ojo, reduciendo las complicaciones postoperatorias.
La elección de un diente se explica por su capacidad para desarrollar un nuevo tejido y vascularización cuando se implanta en la mejilla. Este proceso, llamado neovascularización, prepara el diente para su futuro papel en el ojo. Una vez trasplantado, actúa como una estructura estable y natural para sostener la lente óptica.
Esta combinación de resistencia, biocompatibilidad y capacidad de integración hace del diente una elección ingeniosa para esta cirugía. Aunque sorprendente, este enfoque demuestra cómo los recursos del cuerpo humano pueden aprovecharse para soluciones médicas innovadoras.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: St. Paul's Foundation