Proyectar imágenes en tres dimensiones directamente desde un smartphone, sin cascos ni proyectores voluminosos, podría pronto convertirse en realidad. Investigadores de la Universidad de St Andrews han logrado combinar dos tecnologías avanzadas: las pantallas de diodos orgánicos emisores de luz (OLED) y las metasuperficies holográficas.
Este enfoque permitiría hacer accesibles los hologramas para todos, y no solo para laboratorios o cines. Ya imaginamos usos en comunicación, juegos o entretenimiento, con imágenes flotando literalmente frente a nuestros ojos.
El OLED se colocó a diferentes distancias (arriba a la izquierda: 3 cm, arriba a la derecha: 5 cm y abajo a la derecha: 6 cm) de la metasuperficie.
Los OLED ya son bien conocidos: son los pequeños puntos luminosos de colores que forman la imagen en la pantalla de algunos teléfonos o televisores. Son planos, delgados y capaces de producir su propia luz. Su compacidad y eficiencia los convierten en candidatos ideales para crear nuevas fuentes de luz, que pueden integrarse fácilmente en dispositivos miniaturizados.
Las metasuperficies holográficas, por su parte, funcionan un poco como vitrales a escala microscópica. Están compuestas por estructuras diminutas llamadas "metaátomos", cada una de las cuales modifica la luz que la atraviesa. Jugando con su forma y disposición, los investigadores pueden dirigir la luz para crear imágenes en tres dimensiones, sin necesidad de láseres.
El equipo de St Andrews ha demostrado por primera vez cómo unir estos dos bloques tecnológicos. Según el profesor Ifor Samuel, citado en la revista
Light: Science & Applications, este avance abre perspectivas inéditas para la creación de hologramas. Su colega Andrea Di Falco destaca que esto elimina varios obstáculos técnicos.
El profesor Graham Turnbull añade un punto destacable: una pantalla OLED clásica debe activar miles de píxeles para mostrar una imagen. Aquí, un solo píxel OLED combinado con una metasuperficie puede proyectar una imagen holográfica completa. Esto significa dispositivos más pequeños, más simples y potencialmente integrados directamente en nuestros aparatos cotidianos.
¿Cómo funcionan las metasuperficies holográficas?
Una metasuperficie es una superficie artificial, grabada a escala nanométrica, que actúa como una herramienta de escultura para la luz. Cada "metaátomo" modifica un parámetro de la luz (su fase, intensidad o polarización). Ensamblados en red, transforman el haz luminoso en patrones de interferencia capaces de reconstituir imágenes tridimensionales.
Es este juego de interferencias lo que permite la formación de un holograma. A diferencia de los sistemas tradicionales que dependen de haces láser, la metasuperficie es mucho más compacta y sigue siendo sencilla de implementar.
Estas estructuras se fabrican con procesos cercanos a los utilizados para los circuitos electrónicos. Esto abre el camino a una producción en serie, a menor costo, y por tanto a una integración rápida en diferentes campos. Además de los hologramas, podrían servir para asegurar documentos contra la falsificación, desarrollar sensores ópticos más sensibles o incluso mejorar el almacenamiento de datos.
Fuente: Light: Science & Applications