Cédric - Domingo 22 Junio 2025

☄️ Grandes asteroides ocultos cerca de Venus podrían amenazar la Tierra algún día

Una población poco conocida de asteroides que comparten la órbita de Venus intriga a los científicos. Sus trayectorias inestables podrían acercarlos a nuestro planeta.

Estos cuerpos celestes, llamados coorbitales o troyanos, acompañan a Venus en su revolución alrededor del Sol. Aunque su existencia se conoce desde hace años, dos estudios recientes revelan que algunos podrían, a muy largo plazo, adoptar órbitas que los llevarían cerca de la Tierra. No hay peligro inmediato, pero estos trabajos subrayan la necesidad de vigilar mejor estos objetos discretos.



Órbitas impredecibles


Los asteroides coorbitales de Venus evolucionan en zonas gravitacionalmente estables, llamadas puntos de Lagrange. Según las simulaciones, su trayectoria puede volverse inestable en escalas de tiempo que superan los 12.000 años. Algunos adoptan entonces órbitas alargadas, aumentando su probabilidad de cruzar la de la Tierra.


Entre los 20 coorbitales identificados, tres podrían acercarse mucho a nuestro planeta. Estas proyecciones, publicadas en Icarus, conciernen asteroides de 300 a 400 metros de diámetro. Su tamaño los clasifica entre los objetos potencialmente peligrosos, pero ninguno representa una amenaza antes de varios milenios.

Las perturbaciones gravitacionales hacen que sus trayectorias sean caóticas a largo plazo. Un segundo estudio, en proceso de revisión, confirma esta inestabilidad incluso para órbitas inicialmente poco excéntricas.

Una detección compleja


Detectar estos asteroides sigue siendo complicado debido a su proximidad con el Sol. Los telescopios terrestres solo pueden observarlos brevemente al amanecer o al atardecer. El brillo solar y la distorsión atmosférica limitan considerablemente su detección.

El futuro observatorio Vera Rubin, en Chile, podría transformar esta búsqueda. Su amplio campo de visión y su sensibilidad permitirían descubrir miles de nuevos asteroides, incluidos los ocultos cerca de Venus. Un telescopio espacial infrarrojo, como el NEO Surveyor de la NASA, complementaría estas observaciones al evitar las interferencias atmosféricas.

Estas herramientas ofrecerán una mejor estimación de los riesgos reales. Por ahora, los científicos insisten en la ausencia de amenaza a corto plazo.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Icarus y arXiv
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