La Estación Espacial Gateway, piedra angular de futuras exploraciones lunares y marcianas, desempeñará un papel crucial en el estudio de las radiaciones solares y cósmicas. Con sus instrumentos HERMES, ERSA e IDA, permitirá una mejor comprensión y anticipación de las condiciones espaciales fluctuantes, fundamentales para la seguridad de los viajes hacia la Luna y Marte.
La estación espacial Gateway será la primera estación espacial de la humanidad en órbita alrededor de la Luna, componente indispensable de las misiones Artemis para el regreso del hombre a la superficie lunar.
Crédito: NASA, Alberto Bertolin, Bradley Reynolds
El ambiente espacial, influenciado por el Sol, representa un riesgo mayor para la salud humana y el éxito de las misiones. Las radiaciones, más intensas en los viajes hacia la Luna o Marte fuera de la protección magnetosférica terrestre, pueden tener efectos perjudiciales en la salud, como aumentar el riesgo de cáncer, alterar las funciones motoras y el comportamiento, y provocar la degeneración de los tejidos. También representan un riesgo para los vehículos y equipos espaciales.
HERMES, desarrollado por el Centro Espacial Goddard de la NASA, estudiará el viento solar y los campos magnéticos. ERSA, diseñado por la Agencia Espacial Europea (ESA), se centrará en el viento solar y las radiaciones del espacio profundo. IDA, dirigido también por la ESA con instrumentos adicionales de la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA), evaluará la eficacia del blindaje contra las radiaciones dentro de Gateway.
Estos instrumentos ayudarán a los científicos a comprender mejor los riesgos que las radiaciones representan, mejorando así la seguridad de los viajes espaciales. Su capacidad para estudiar el impredecible ambiente espacial es una de las muchas funciones de Gateway.