Un reciente descubrimiento está revolucionando nuestra comprensión de la historia glacial de Groenlandia.
Aunque casi toda la isla esté cubierta de hielo hoy en día, nuevos indicios sugieren que esta capa de hielo no existía hace menos de un millón de años. Esta revelación plantea interrogantes sobre la estabilidad futura de la capa de hielo y sus consecuencias para el aumento del nivel del mar.
En 1993, un sondeo de hielo realizado en el centro de Groenlandia reveló la presencia de fósiles en los sedimentos subyacentes, pero estos descubrimientos fueron dejados de lado.
Solo después de un nuevo análisis, llevado a cabo por un equipo dirigido por el geólogo Paul Bierman, se reconoció la importancia de estos fósiles. Los restos encontrados, como semillas de amapola ártica y fragmentos de sauce, evidencian una época en que Groenlandia estaba cubierta por una tundra floreciente.
Este descubrimiento se confirma con otros estudios anteriores que ya habían destacado la existencia de un Groenlandia sin hielo hace varios cientos de miles de años. Los fósiles recientemente reanalizados sugieren que el centro de la isla, actualmente sepultado bajo más de 3 kilómetros de hielo, podría haber estado libre de esta capa glaciar en una época con un clima más cálido.
La desaparición pasada del hielo en Groenlandia, en una época en que los niveles de dióxido de carbono atmosférico eran inferiores a los actuales, deja entrever la posibilidad de que este fenómeno pueda repetirse en el futuro. Un deshielo completo de la capa de hielo de Groenlandia provocaría una elevación significativa del nivel del mar, afectando las zonas costeras de todo el mundo.
Imagen: Halley Mastro/University of Vermont
Sin embargo, existe un rayo de esperanza. Groenlandia ya ha visto su hielo derretirse para luego reformarse. Esto sugiere que mecanismos naturales podrían permitir una regeneración de la capa de hielo, incluso después de periodos de calentamiento climático extremo. El futuro de esta región crucial para el equilibrio climático mundial sigue siendo incierto.
Fuente: PNAS