Los vínculos entre la salud cardíaca y cognitiva están cada vez más documentados, y un nuevo estudio de la American Heart Association (AHA), publicado en
Stroke, aporta una nueva prueba. Resalta tres enfermedades cardiovasculares que aumentan significativamente los riesgos de deterioro cognitivo: la insuficiencia cardíaca, la fibrilación auricular y la enfermedad coronaria.
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La insuficiencia cardíaca, caracterizada por un corazón incapaz de bombear eficazmente la sangre, afecta cognitivamente a cerca del 50 % de los pacientes. Este deterioro afecta funciones clave como la memoria, el lenguaje o la planificación. Los científicos explican que la reducción del flujo sanguíneo al cerebro, combinada con una inflamación crónica, es la causa de estos trastornos cognitivos.
Con respecto a la fibrilación auricular, la irregularidad de los latidos cardíacos se asocia con un riesgo 39 % mayor de desarrollar una deficiencia cognitiva. Este vínculo se atribuye principalmente a los factores de riesgo comunes entre la fibrilación auricular y la demencia, como la hipertensión y la diabetes. Además, la reducción del flujo sanguíneo hacia el cerebro debida a la fibrilación auricular afecta directamente las capacidades cognitivas.
La enfermedad coronaria, finalmente, se caracteriza por la acumulación de placas en las arterias, limitando el suministro de sangre al corazón y al cerebro. Según el estudio, las personas que padecen esta patología tienen un riesgo 27 % mayor de desarrollar demencia. Hasta el 50 % de los individuos que han sufrido un infarto de miocardio presentan un marcado deterioro cerebral, particularmente en las funciones ejecutivas y la memoria.
Estos descubrimientos subrayan la importancia de una prevención precoz de las enfermedades cardiovasculares, que pasa por un estilo de vida saludable. La AHA recomienda, entre otras cosas, una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y la gestión de los factores de riesgo, como la hipertensión y la diabetes.
¿Cómo influyen las enfermedades cardíacas en el cerebro?
Las enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular, reducen el suministro de sangre oxigenada al cerebro. Esta disminución del flujo sanguíneo impacta directamente en las áreas cerebrales responsables de la memoria, el lenguaje y la planificación.
Además, estas patologías favorecen la inflamación crónica, que contribuye a dañar las células cerebrales. La acumulación de calcio en las arterias también se relaciona con un mayor riesgo de demencia.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Stroke