¿La Tierra, una cuna de vida nacida de los terremotos?
Geólogos han descubierto señales de los primeros terremotos en nuestro planeta, ocultas en rocas de 3.3 mil millones de años de antigüedad. Este hallazgo, realizado en la cinturón de rocas verdes de Barberton en Sudáfrica, aporta una evidencia temprana de la tectónica de placas e ilumina desde un nuevo punto de vista las condiciones primarias que pudieron favorecer la aparición de la vida.
Las montañas Makhonjwa en el cinturón de rocas verdes de Barberton, donde los científicos encuentran pruebas de los primeros terremotos conocidos en la Tierra.
Crédito: Beate Wolter/Shutterstock
El cinturón de Barberton, con sus matices verdosos, ofrece un testimonio geológico raro sobre la Tierra antigua, extendiéndose de 3.2 a 3.6 mil millones de años en el pasado. Sin embargo, descifrar su historia ha resultado complejo debido a la disposición desordenada de las rocas. La clave fue encontrada comparando estas formaciones con estratos mucho más jóvenes, ubicados en Nueva Zelanda, que han sufrido deslizamientos de tierra submarinos provocados por terremotos en la zona de subducción de Hikurangi.
El estudio, liderado por Simon Lamb, geólogo en la Universidad Victoria de Wellington, y Cornel de Ronde, científico principal en GNS Science en Nueva Zelanda, revela similitudes sorprendentes entre las dos regiones. Estos descubrimientos sugieren que terremotos de una magnitud colosal ocurrieron hace varios mil millones de años, remodelando el paisaje de manera significativa.
El concepto de la tectónica de placas, aunque ampliamente aceptado hoy día, encuentra aquí una de sus evidencias más antiguas. De hecho, la actividad sísmica, al mover inmensos bloques de tierra, no solo ha esculpido la superficie de nuestro planeta sino que también podría haber creado las condiciones necesarias para el surgimiento de la vida.
La Tierra, formada hace aproximadamente 4.6 mil millones de años, se enfrió para convertirse en un mundo acuático. Las zonas de subducción, escenarios de estos primeros terremotos, también son conocidas por sus erupciones volcánicas mayores, proporcionando así la energía necesaria para las primeras formas de vida.
Mapa geológico del cinturón de rocas verdes de Barberton.
Crédito: De Ronde (2021)
Este estudio arroja luz sobre los orígenes de nuestro mundo y de la vida misma. Al identificar las pruebas de estos terremotos antiguos, los científicos nos acercan un poco más a la comprensión de los mecanismos fundamentales que han moldeado la Tierra tal y como la conocemos hoy.
Estos terremotos, lejos de ser meras catástrofes naturales, podrían haber sido actores cruciales en la narrativa de la vida en la Tierra, desencadenando una serie de eventos que permitieron que la vida echara raíces y se desarrollara.
Fuente: Geology