En el campo del cuidado bucodental, una alternativa natural podría revolucionar los hábitos: el extracto de ajo demuestra una eficacia antimicrobiana sorprendente, comparable a la de productos de referencia como la clorhexidina. Este descubrimiento abre el camino a soluciones más ecológicas y accesibles para combatir las infecciones bucales.
Investigadores de la Universidad de Sharjah publicaron una revisión sistemática en el
Journal of Herbal Medicine, analizando el rendimiento del extracto de ajo frente a la clorhexidina. Sus trabajos revelan que, a pesar de una mayor incomodidad durante su uso, como sensaciones de ardor, el enjuague a base de ajo ofrece una actividad prolongada contra los microbios. Esta persistencia podría compensar las molestias sentidas por los pacientes, según los datos recopilados.
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Para garantizar el rigor de su análisis, los científicos aplicaron las directrices PRISMA 2020 y el marco PICO, métodos reconocidos para estructurar las preguntas de investigación clínica. De un total de 389 artículos identificados en seis bases de datos electrónicas en enero de 2024, solo cinco estudios fueron retenidos después de eliminar duplicados y aplicar criterios estrictos. Esta selección minuciosa busca asegurar la fiabilidad de las conclusiones extraídas.
Los resultados muestran una eficacia variable según la concentración del extracto de ajo y la duración de la aplicación. Algunos estudios indican que la clorhexidina mantiene mejor el pH de la placa dental, mientras que otros reportan una superioridad del ajo en dosis específicas.
Los efectos secundarios asociados al extracto de ajo, incluyendo un olor desagradable e irritaciones, suelen ser menos graves que los relacionados con compuestos sintéticos. Sin embargo, estos inconvenientes podrían influir en la adherencia de los pacientes a esta alternativa natural. Los autores señalan que, a pesar de estas limitaciones, las reducciones significativas en los recuentos bacterianos observadas justifican una exploración más profunda.
El ajo, rico en alicina, se cultiva a escala mundial con un consumo que supera los 30 millones de toneladas en 2024, dominado por China. Su mercado de extractos valora más de 15 mil millones de dólares, reflejando su potencial en diversos sectores de la salud. Estas aplicaciones se extienden más allá del cuidado bucodental, incluyendo productos de venta libre para usos antifúngicos y antibacterianos.
Los autores llaman a realizar investigaciones clínicas adicionales con muestras más amplias y un seguimiento prolongado para confirmar la eficacia del extracto de ajo. Tal validación podría ampliar su uso en la práctica dental, ofreciendo una opción viable frente a las crecientes preocupaciones sobre la resistencia a los antimicrobianos y los efectos adversos de los agentes químicos.
La alicina, un compuesto con múltiples virtudes
La alicina es un compuesto azufrado presente en el ajo, liberado cuando el bulbo es aplastado o cortado. Es responsable de las propiedades antimicrobianas ampliamente documentadas, actuando contra una variedad de bacterias, hongos y virus. Esta molécula interfiere con las enzimas esenciales de los microbios, perturbando su metabolismo y conduciendo a su inactivación. Su acción rápida la convierte en un candidato prometedor para aplicaciones médicas y sanitarias.
La estabilidad de la alicina es un factor clave en su uso práctico. Se degrada rápidamente al aire libre o a temperaturas elevadas, lo que puede limitar su eficacia en las formulaciones comerciales. Para sortear este problema, los investigadores desarrollan métodos de estabilización, como la encapsulación, que preservan su actividad antimicrobiana durante períodos más largos. Estos avances podrían ampliar su empleo en los productos de cuidado.
Además de sus efectos antimicrobianos, la alicina presenta propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, beneficiosas para la salud general. Estudios epidemiológicos vinculan el consumo regular de ajo con una reducción de los riesgos cardiovasculares y de ciertos cánceres. Estos beneficios adicionales refuerzan el interés por la integración del extracto de ajo en las rutinas de prevención, más allá de las simples aplicaciones bucodentales.
Las investigaciones futuras se centran en la optimización de la extracción y formulación de la alicina para maximizar sus beneficios. Al comprender mejor sus mecanismos de acción, los científicos esperan desarrollar terapias dirigidas que aprovechen plenamente su potencial natural, al mismo tiempo que minimizan los efectos secundarios como las irritaciones o los olores persistentes.
Fuente: Journal of Herbal Medicine