La Corriente Circumpolar Antártica es la mayor corriente oceánica en la Tierra, conectando los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Esta corriente regula en gran medida los intercambios de calor, humedad, carbono y nutrientes entre el Océano Austral y los otros océanos, lo que impacta significativamente en la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y el clima global. A pesar de su papel crucial en la circulación oceánica mundial, la dinámica del clima y la estabilidad del hielo en la Antártida, cuándo y cómo se desarrolló esta corriente siguen siendo preguntas ampliamente debatidas desde hace casi cuarenta años.
Localización de los registros climáticos (sitios DSDP 278 y ODP 744) que han sido estudiados para reconstruir la evolución de la Corriente Circumpolar Antártica (ACC) desde el Mioceno. Los Pasajes de Drake (DP) y de Tasmania (TG) también están indicados en el mapa, así como la posición de los frentes oceánicos que definen los contornos geográficos de esta corriente.
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La iniciación de la Corriente Circumpolar Antártica ha sido durante mucho tiempo considerada como exclusivamente ligada a la apertura de los pasajes de Drake, entre Suramérica y la Península Antártica, y de Tasmania, al sur de Australia. Se consideraba que había aislado progresivamente al continente antártico de cualquier aporte de calor, llevándolo a entrar en un proceso de glaciarización durante la transición Eoceno-Oligoceno, hace 34 millones de años.
Un equipo internacional de científicos, con la participación del CNRS Terre & Univers, ha cuestionado esta teoría. El equipo ha combinado técnicas innovadoras, como los isótopos de neodimio analizados en restos fósiles de dientes de peces, o la medida del tamaño de los granos en sedimentos marinos recogidos en el Océano Austral que cubren los últimos 31 millones de años. Estos nuevos registros han permitido identificar el período durante el cual la Corriente Circumpolar Antártica presentaba una circulación e intensidad cercanas a la actual, es decir, una corriente poderosa, que se extiende desde la superficie hasta casi las profundidades abisales y sobre una amplia superficie.
Identificación microscópica de las dientes fósiles de peces encontrados en los sedimentos del Océano Austral antes del taladrado y análisis de los isótopos de Neodimio para rastrear la evolución de las masas de agua.
© Referencia Este estudio ha confirmado que la apertura de los Pasajes de Drake y de Tasmania en efecto permitió el despliegue de esta corriente alrededor del continente. Sin embargo, los verdaderos catalizadores que le permitieron adquirir sus características actuales son el aumento del contraste de densidad entre las diferentes masas de agua presentes en el Océano Austral, así como la intensificación de los vientos del Oeste ("
Westerlies") que circulan alrededor del continente blanco.
Los científicos han observado que estos cambios hidrológicos y atmosféricos a gran escala resultaron del enfriamiento global del clima de la Tierra y de la glaciarización resultante de la Antártida durante la transición climática del Mioceno medio hace 14 millones de años, es decir, 20 millones de años más tardíamente de lo que sugerían los estudios anteriores. Por lo tanto, hemos concluido que son estos cambios climáticos los responsables del nacimiento de esta corriente tal como la conocemos hoy.
Este estudio plantea, por lo tanto, numerosas preguntas fundamentales concernientes al futuro de esta corriente en un contexto de cambio climático, calentamiento global y deshielo progresivo de la Antártida.
Referencia:
Evangelinos, D., Etourneau, J., van de Flierdt, T.
et al.
Late Miocene onset of the modern Antarctic Circumpolar Current.
Nat. Geosci. 17, 165-170 (2024).
Fuente: CNRS INSU