Los glaciares cubren aproximadamente el 10 % de la superficie terrestre y están disminuyendo rápidamente debido al calentamiento global. El deshielo de los glaciares árticos expone nuevos terrenos rocosos que, con el tiempo, se transforman en suelos. Un equipo de investigadores ha descubierto que los hongos, en particular las levaduras basidiomicetes, juegan un papel esencial en la estabilización del carbono en estos nuevos suelos.
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En el Ártico, las temperaturas aumentan siete veces más rápido que el promedio mundial, lo que provoca un deshielo acelerado de los glaciares. Esta situación ha sido estudiada por un equipo dirigido por el Dr. James Bradley de la Universidad Queen Mary de Londres, que se trasladó a Svalbard, un archipiélago situado entre el Polo Norte y la costa norte de Noruega. Allí, los investigadores observaron los primeros signos de vida microbiana colonizando los terrenos recientemente expuestos por el retroceso de los glaciares.
Los suelos recién expuestos son inicialmente pobres en nutrientes y biomasa, lo que dificulta el establecimiento de la vida. Sin embargo, los primeros colonizadores de estos suelos son microorganismos como las bacterias y los hongos. Estos microbios son esenciales para determinar la cantidad de carbono y nitrógeno que puede almacenarse en los suelos.
Los científicos han realizado análisis de ADN y experimentos que implican aminoácidos marcados con isótopos para comprender cómo estos microorganismos contribuyen a la formación de suelos después del deshielo de los glaciares. Descubrieron que los hongos juegan un papel predominante en la asimilación y estabilización del carbono en estos suelos jóvenes. En particular, las levaduras basidiomicetes pioneras son capaces de fijar el carbono en el suelo, creando así una base orgánica sobre la cual otras formas de vida pueden desarrollarse.
Juan Carlos Trejos-Espeleta de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich destacó la importancia de los hongos en este proceso. A diferencia de las bacterias que tienden a aumentar las emisiones de CO2, los hongos favorecen el almacenamiento de carbono en el suelo. Esto es esencial para comprender cómo los ecosistemas terrestres del Ártico reaccionarán al calentamiento global futuro.
Los investigadores también señalaron que en los suelos más antiguos, las bacterias gradualmente asumen el rol principal en la asimilación de aminoácidos, lo que conduce a una disminución del almacenamiento de biomasa y un aumento de las emisiones de CO2.
En conclusión, este estudio muestra que los hongos juegan un papel esencial en la estabilización del carbono en los suelos árticos en formación tras el deshielo de los glaciares. A medida que los glaciares continúan retrocediendo, estos hongos podrían convertirse en actores clave en el almacenamiento de carbono, contribuyendo así a mitigar los impactos del cambio climático.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: PNAS - Proceedings of the National Academy of Sciences