Algunas higueras africanas poseen una capacidad asombrosa. Transforman el dióxido de carbono en piedra, según un estudio reciente.
Un equipo internacional descubrió que estos árboles almacenan carbonato de calcio en su tronco. Este proceso, llamado vía oxalato-carbonato, permite capturar el CO2 de la atmósfera. Los investigadores estudiaron tres especies de higueras en Kenia, revelando formaciones minerales inesperadas.
Las higueras utilizan la fotosíntesis como todos los árboles, pero algunas van más allá. Producen cristales de oxalato de calcio, transformados luego en carbonato de calcio. Este mineral, similar a la tiza, enriquece el suelo en nutrientes y alcaliniza su entorno.
El Dr. Mike Rowley destaca la importancia de este descubrimiento. Según él, elegir árboles capaces de este doble almacenamiento podría amplificar los beneficios de la agroforestería. Las higueras estudiadas, especialmente Ficus wakefieldii, muestran una eficacia notable en este proceso.
Los análisis revelaron la presencia de carbonato de calcio tanto en superficie como dentro de la madera. Este hallazgo muestra una secuestración más profunda de lo previsto. Los microorganismos juegan un papel clave en esta transformación, abriendo nuevas perspectivas de investigación.
El estudio abre el camino a aplicaciones concretas para luchar contra el cambio climático. Al identificar otras especies capaces de este mecanismo, los científicos esperan desarrollar estrategias de plantación más eficaces. La vía oxalato-carbonato podría así convertirse en una herramienta valiosa.
¿Cómo transforman las higueras el CO2 en piedra?
Las higueras absorben el dióxido de carbono de la atmósfera durante la fotosíntesis. Una parte de este CO2 se convierte en oxalato de calcio, un compuesto presente en muchas plantas.
Cuando las partes del árbol que contienen estos cristales se descomponen, entran en juego microorganismos. Transforman el oxalato de calcio en carbonato de calcio, un mineral estable.
Este proceso alcaliniza el suelo circundante, mejorando su fertilidad. A diferencia del carbono orgánico, el carbonato de calcio persiste en el suelo durante siglos.
Esta vía metabólica única ofrece un método natural de secuestración de carbono. Combina los beneficios ecológicos de la agroforestería con una solución sostenible para reducir los gases de efecto invernadero.
Fuente: Goldschmidt conference