Un equipo internacional de investigadores propone un enfoque novedoso para combatir la hipertensión, una condición que afecta a más de mil millones de personas en el mundo.
Su recomendación, publicada en la revista científica de la Asociación Americana del Corazón,
Hypertension, sugiere la adopción de sal enriquecida con potasio y baja en sodio en las directrices de tratamiento para la hipertensión. Esta propuesta se basa en evidencia sólida que demuestra que la sal enriquecida con potasio podría reducir la ingesta de sodio mientras aumenta la de potasio, ofreciendo así una solución neutra al gusto para un problema de salud pública.
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El alto consumo de sodio y el bajo consumo de potasio son comunes y están asociados con un mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y muertes prematuras. Reemplazar parte del cloruro de sodio con cloruro de potasio en la sal aborda estos dos problemas simultáneamente. A pesar de los beneficios demostrados por ensayos controlados aleatorios y una buena aceptación por parte de los pacientes, el uso de estos sustitutos de sal sigue siendo raro en las prácticas actuales. Los autores del estudio subrayan la incoherencia e incompletitud de las recomendaciones clínicas respecto a su uso.
La sal enriquecida con potasio puede utilizarse como un sustituto directo de la sal de mesa tradicional, sin que la mayoría de las personas noten diferencia en el sabor. Esto podría representar un avance significativo, ya que la resistencia a los esfuerzos de reducción del consumo de sal residía principalmente en el cambio del sabor de los alimentos.
Una colaboración global de investigadores analizó 32 directrices de tratamiento para la hipertensión publicadas entre el 1 de enero de 2013 y el 21 de junio de 2023. Descubrieron que, aunque todas las directrices mencionan la reducción del sodio, solo dos - las de China y Europa - recomiendan específicamente el uso de sal enriquecida con potasio.
La barrera para la adopción de la sal enriquecida con potasio también se ha atribuido al miedo de provocar niveles altos de potasio en la sangre (hiperkalemia) en personas con enfermedades renales avanzadas. Sin embargo, no se ha registrado ningún caso grave de hiperkalemia en los ensayos hasta la fecha, los cuales se han llevado a cabo en entornos clínicos. Los investigadores recomiendan una revisión urgente de las directrices clínicas para incorporar el uso de sal enriquecida con potasio, una medida que podría prevenir millones de eventos cardiovasculares cada año a bajo costo.
Fuente: Hypertension