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Communications Earth & Environment, un estudio muestra que hace aproximadamente 8 millones de años, una región hoy desértica en el borde del océano Pacífico estaba cubierta de vegetación.
Reconstrucción artística de la costa peruana durante el Mioceno, con el desierto actual en la parte inferior.
© Matthieu Carré
Investigadores del
LOCEAN y de la
Universidad Cayetano Heredia (Perú) encontraron en una antigua capa geológica llamada formación de Pisco, hojas fósiles y granos de polen muy bien conservados. Estos restos vegetales prueban que en el pasado, un bosque tropical seco se extendía por esta región.
Hoy, esta costa sudamericana es uno de los lugares más secos del mundo, atrapada entre las frías aguas del Pacífico y las altas cumbres andinas. Pero a finales del Mioceno, hace unos 8 millones de años, había árboles, arbustos, helechos e incluso palmeras. ¡Un contraste impactante con el desierto actual!
Esta vegetación indica que el clima era entonces mucho más húmedo, con lluvias hasta tres veces más abundantes que en la actualidad en la misma zona.
Un descubrimiento inesperado
Todo comienza por casualidad gracias a Diana Ochoa, una joven investigadora peruana. Mientras estudiaba sedimentos marinos conocidos por sus fósiles de animales marinos (como cachalotes gigantes o megalodones), se topó con algunas hojas fósiles de árboles.
Estos hallazgos llevaron a un estudio exhaustivo de los pólenes fósiles, revelando una flora hoy desaparecida, sin equivalente moderno. Al analizar las capas del suelo, los científicos pudieron estimar que en esa época caían unos 36 mm de lluvia al año, frente a solo 9 mm actualmente.
Restos fosilizados de hojas, madera y polen encontrados en la formación de Pisco.
¿Una visión del futuro?
En aquel entonces, el nivel de CO₂ en la atmósfera ya superaba las 400 ppm — un umbral que hemos vuelto a cruzar recientemente (era de 320 ppm en 1960, frente a 420 ppm hoy). El clima del Mioceno tardío podría servir entonces como modelo natural para imaginar el futuro.
Mientras que a menudo se piensa que el calentamiento global hará que los desiertos sean aún más secos, este estudio sugiere que el desierto del Pacífico Sur podría, por el contrario, experimentar fases de reverdecimiento. Esto estaría relacionado con un El Niño más intenso, un fenómeno climático que a veces provoca fuertes lluvias.
Si los efectos devastadores de estas lluvias se gestionaran mejor con infraestructuras adecuadas, también podrían ofrecer una nueva oportunidad para la naturaleza y la agricultura en estas zonas extremadamente secas, donde hoy viven cerca de 17 millones de personas.
Fuente: CNRS INSU