Los secretos del envejecimiento saludable podrían esconderse en nuestro plato. Unos investigadores suizos acaban de descubrir que ciertos componentes alimentarios, lejos de ser perjudiciales, desencadenan reacciones beneficiosas en el organismo que mejoran la vitalidad con la edad.
El equipo de la Universidad de Basilea se interesó por un gusano microscópico llamado Caenorhabditis elegans, un organismo modelo comúnmente utilizado en investigación sobre el envejecimiento. Al estudiar su alimentación compuesta principalmente de bacterias, los científicos observaron que ciertas moléculas de ARN de doble cadena presentes en la comida eran absorbidas por el intestino. Estas moléculas desencadenan una ligera reacción de estrés que, contra todo pronóstico, fortalece las defensas celulares en lugar de debilitarlas.
Una alimentación equilibrada mantiene al nematodo C. elegans saludable durante su vejez.
Crédito: Jachen Solinger, Biozentrum, Universidad de Basilea
Este mecanismo protector se basa en la activación de la autofagia, un proceso natural de limpieza celular que elimina las proteínas dañadas. Con la edad, nuestro organismo se vuelve menos eficiente para deshacerse de estos desechos celulares que se acumulan y forman agregados tóxicos. Estos agregados proteicos están implicados en numerosas enfermedades relacionadas con el envejecimiento, en particular los trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer o el Parkinson.
El descubrimiento más sorprendente concierne la comunicación entre los órganos. Los investigadores constataron que los efectos protectores no se limitaban al sistema digestivo sino que se extendían a los músculos y a todo el organismo. Esta respuesta sistémica permite comprender mejor cómo la alimentación influye globalmente en el proceso de envejecimiento y abre perspectivas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Los gusanos sometidos a una dieta equilibrada mostraron una mejor actividad física y una salud general superior durante su vejez que los demás. Este estudio demuestra que los componentes alimentarios de múltiples fuentes pueden estimular los mecanismos de protección naturales del organismo, mostrando que un estrés moderado y controlado puede ser beneficioso para mantener la vitalidad a lo largo de los años.
La autofagia: el sistema de limpieza celular
La autofagia es un proceso biológico esencial que permite a las células deshacerse de sus componentes dañados o que se han vuelto innecesarios. Imagínelo como un sistema de reciclaje interno que limpia constantemente la célula degradando las proteínas defectuosas y los orgánulos envejecidos.
Este mecanismo se activa particularmente durante períodos de ayuno o restricción calórica, pero también en respuesta a ciertos estrés moderados. Las células forman entonces vesículas especializadas llamadas autofagosomas que capturan los elementos a eliminar y los fusionan con los lisosomas que contienen enzimas digestivas.
La eficacia de la autofagia disminuye naturalmente con la edad, lo que explica la acumulación progresiva de desechos celulares. Esta disminución de actividad contribuye al desarrollo de numerosas patologías relacionadas con el envejecimiento y a la pérdida de funcionalidad de los tejidos.
Investigaciones recientes muestran además que ciertas sustancias naturales, como la espermidina presente en el germen de trigo o el resveratrol de la uva, pueden estimular la autofagia. Esta activación podría explicar algunos de los efectos beneficiosos atribuidos a estos compuestos sobre la longevidad y la salud.
Fuente: Nature Communications