Cédric - Lunes 10 Febrero 2025

Este avance científico podría revolucionar el tratamiento del cáncer 🎯

Investigadores de la Universidad de California en San Francisco han descubierto un mecanismo que podría transformar la lucha contra el cáncer.

Su estudio, publicado en Nature Biotechnology, revela que las células adiposas, generalmente percibidas como un simple reservorio de energía, pueden ser modificadas genéticamente para privar de alimento a las células cancerosas. Gracias a una ingeniería celular avanzada, estas células reprogramadas han demostrado su capacidad para ralentizar, e incluso detener, la progresión de varios tipos de tumores en laboratorio.



Transformar las células adiposas en aliadas terapéuticas


Las células adiposas se dividen en tres categorías: las células blancas, que almacenan energía; las células marrones, que queman calorías para producir calor; y las células beige, que combinan las propiedades de las dos primeras. Los investigadores han aprovechado esta última categoría utilizando la herramienta CRISPR para activar un gen clave, UCP1, que les confiere una capacidad metabólica aumentada.


Una vez modificadas, estas células adiposas beige se comportan de manera diferente: consumen más energía y absorben los nutrientes necesarios para el crecimiento de las células cancerosas. Esta competencia metabólica debilita los tumores, que ya no pueden desarrollarse normalmente. Este enfoque podría ofrecer una alternativa a los tratamientos convencionales al privar directamente a las células malignas de los recursos que necesitan.

Un protocolo simple y adaptable


Uno de los aspectos más prometedores de este descubrimiento radica en la simplicidad del procedimiento. Las células adiposas pueden extraerse fácilmente de un paciente mediante liposucción, modificarse en el laboratorio y luego reinyectarse cerca de los tumores. Esta técnica, ya dominada en el campo de la cirugía estética, hace que este enfoque sea potencialmente más accesible que otras terapias celulares complejas.

Además, este método se basa en células provenientes del propio organismo del paciente, lo que reduce considerablemente los riesgos de rechazo inmunológico. Esta compatibilidad natural podría acelerar la adopción clínica de esta estrategia, permitiendo una personalización de los tratamientos según el tipo y la localización del cáncer.

Una eficacia confirmada en laboratorio


Las pruebas realizadas han demostrado un impacto significativo en cinco tipos de cáncer, incluidos los de mama, colon, próstata y páncreas. En el laboratorio, las células adiposas modificadas frenaron la proliferación tumoral al absorber masivamente los nutrientes, reduciendo así el suministro de las células cancerosas. En modelos murinos, los tumores tratados con esta técnica mostraron una notable ralentización en su progresión.

Sorprendentemente, el efecto anticancerígeno se manifestó incluso cuando las células adiposas transformadas se implantaron a distancia de los tumores. Este fenómeno sugiere un mecanismo de acción aún poco comprendido, pero que podría ampliar las perspectivas de aplicación de esta tecnología, especialmente para cánceres de difícil acceso.

¿Hacia una nueva era terapéutica?



A pesar de estos resultados alentadores, este enfoque aún se encuentra en una fase experimental. Es necesario evaluar sus efectos a largo plazo, su seguridad en humanos y su eficacia en una mayor variedad de cánceres. Se deberán realizar ensayos clínicos para verificar si estas células reprogramadas pueden realmente constituir una alternativa viable a los tratamientos existentes.

Si estas investigaciones tienen éxito, podrían abrir el camino a una nueva generación de terapias anticancerígenas basadas en la reprogramación celular. En lugar de atacar directamente las células tumorales, la idea sería privarlas de los recursos indispensables para su supervivencia, un enfoque sutil que podría revolucionar la lucha contra el cáncer.

Para profundizar: ¿Cómo pueden las células adiposas privar de alimento a los tumores?


Las células cancerosas tienen una alta demanda energética para multiplicarse rápidamente. Captan masivamente la glucosa y los ácidos grasos presentes en su entorno. Al modificar genéticamente las células adiposas, los investigadores les han conferido una mayor capacidad para absorber estos nutrientes, reduciendo así el suministro de los tumores.

Experimentos han demostrado que estas células adiposas transformadas captan hasta un 50 % más de glucosa que las células normales. Esta absorción excesiva crea una competencia metabólica: las células cancerosas se ven privadas de combustible, lo que ralentiza su crecimiento e incluso puede provocar su muerte por falta de energía.

Otro mecanismo clave se basa en la activación del gen UCP1. Este gen, habitualmente activo en las células grasas marrones, desencadena un consumo energético intenso. Al estimularlo en las células adiposas modificadas, estas queman más calorías, reduciendo aún más la disponibilidad de nutrientes esenciales para las células tumorales.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Biotechnology
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