Una amenaza inesperada se cierne sobre Europa. Una especie de abeja invasora proveniente de Asia ha cruzado nuestras fronteras.
En Malta, el descubrimiento de una colonia de abejas enanas rojas, o
Apis florea, alarma a los apicultores. Su presencia podría desestabilizar la biodiversidad europea.
A la izquierda: colonia de A. florea colgando de una rama de Acacia saligna, la Acacia de hojas azules (fuente de la foto: Antoine Borġ Bonaċi).
En el centro: obreras y zánganos de A. florea (flechas).
A la derecha: panal de A. florea (la parte inferior derecha del panal ha sido dañada).
Estas abejas, más pequeñas que sus primas europeas, ya se han establecido en el Medio Oriente y el norte de África. Probablemente llegadas en un barco comercial, ahora corren el riesgo de expandirse por todo el continente. Sus capacidades para libar eficientemente las hacen particularmente competitivas frente a las abejas locales.
Philippe Grandcolas, director de investigación en el CNRS, subraya que la llegada de especies exóticas crea una competencia por recursos limitados, como el polen y el néctar. Si estas abejas son más eficientes, podrían desplazar a las especies autóctonas. Además, son vectores de enfermedades virales y albergan parásitos potencialmente devastadores para las abejas locales.
La colonia descubierta en Malta, compuesta por más de 2 000 abejas adultas, fue destruida inmediatamente. Sin embargo, los científicos temen que algunos individuos ya hayan fundado una nueva colonia en la isla. Su localización cerca del puerto franco de Birżebbuġa, principal centro de carga de Malta, sugiere que llegaron a través de un barco.
Francis Ratnieks, profesor emérito en la Universidad de Sussex, señala que esta especie podría sobrevivir en climas suaves como el de Malta u otros países del sur de Europa. Juliana Rangel, de la Universidad Texas A&M, añade que la proximidad de las islas mediterráneas podría favorecer su dispersión.
Esta situación es preocupante, ya que la abeja enana ya está presente en Israel, un entorno cercano al clima maltés. La posibilidad de nuevas incursiones amenaza cada vez más la biodiversidad del continente, advierte. En efecto, si las abejas europeas se vieran amenazadas, los ecosistemas que dependen de estas especies se desestabilizarían.
En este contexto de incertidumbre, la comunidad científica vigila de cerca la situación. Las investigaciones continúan para evitar que Europa se convierta en el nuevo terreno de juego de estas abejas invasoras.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Journal of Apicultural Research