Cédric - Jueves 6 Febrero 2025

Esta flecha envenenada prehistórica muestra un impresionante dominio farmacológico 🏹

En 1983, unos investigadores encontraron un fémur de antílope en la cueva Kruger, en Sudáfrica. Este fémur, de 7.000 años de antigüedad, contenía puntas de flecha incrustadas en la médula. No fue hasta 2022 que científicos de la Universidad de Johannesburgo decidieron examinar más detenidamente este fósil. Para su gran sorpresa, los análisis químicos revelaron que estas puntas estaban cubiertas de residuos de toxinas vegetales, lo que indica el uso de venenos en la caza prehistórica.


Este descubrimiento forma parte de un trabajo más amplio que ha permitido destacar el uso de venenos complejos a base de plantas. Entre las sustancias identificadas se encuentran la digitoxina y la estrofantina, dos toxinas que afectan el músculo cardíaco, así como el ácido ricinoleico. Estas moléculas, utilizadas para hacer las flechas más eficaces, sugieren que los cazadores prehistóricos dominaban conocimientos farmacológicos avanzados, mucho antes de la aparición de las primeras civilizaciones.

Un dominio impresionante de las toxinas vegetales



El análisis de la médula ósea confirmó que la mezcla de venenos en las puntas de flecha era de gran complejidad. No solo las toxinas identificadas tienen un efecto directo sobre el sistema cardíaco, sino que también provienen de plantas que no crecen naturalmente cerca de la cueva Kruger. Esto indica que los antiguos cazadores tuvieron que recorrer largas distancias para obtener estos ingredientes o que intercambiaban plantas con otros grupos.

Este hallazgo plantea preguntas sobre las redes de intercambio a larga distancia en la África prehistórica. Si estos venenos provenían de otras regiones, demuestra que las sociedades antiguas no estaban aisladas, sino que establecían intercambios de bienes y conocimientos en vastos territorios. Este fenómeno subraya la ingeniosidad de los pueblos de la época, capaces de tejer vínculos complejos para asegurar su supervivencia y eficacia en la caza.

La farmacología prehistórica: un saber ancestral


Los resultados de este estudio también abren nuevas perspectivas sobre los conocimientos farmacológicos de las sociedades prehistóricas. El hecho de que estos antiguos cazadores no solo dominaran la identificación de plantas tóxicas, sino que también supieran combinar diferentes toxinas para crear mezclas más potentes, demuestra un conocimiento científico sofisticado para la época. No fue un simple accidente, sino un proceso reflexivo que muestra una comprensión profunda de la naturaleza y sus efectos.


Este conocimiento farmacológico se sitúa mucho antes de lo que se pensaba sobre las sociedades prehistóricas. No solo los cazadores usaban plantas para envenenar sus armas, sino que también tenían un conocimiento profundo de las propiedades medicinales y tóxicas de estas plantas. Esta capacidad para combinar elementos naturales y obtener productos más eficaces muestra que estas sociedades eran mucho más avanzadas intelectualmente de lo que se había imaginado hasta ahora.

El veneno en la caza: una innovación tecnológica



El uso del veneno en la caza no es algo reciente. Las pruebas moleculares sugieren que la aplicación de toxinas en las armas se remonta a al menos 60.000 años. Sin embargo, esta mezcla compleja descubierta en la cueva Kruger marca un avance significativo. No es el veneno más antiguo conocido, pero sí es la mezcla multicomponente más antigua identificada hasta la fecha. Esta innovación en la fabricación de venenos para la caza subraya un verdadero progreso tecnológico en el campo del armamento.

Los científicos precisan que este tipo de uso de venenos no se limitó a una sola región, sino que se extendió a muchas sociedades en todo el mundo. Los pueblos del sur de África, en particular, utilizaban una gran variedad de plantas para recubrir sus flechas, aprovechando las propiedades tóxicas de las plantas para mejorar sus posibilidades de éxito en la caza. Estas innovaciones tempranas permitieron a los cazadores maximizar su eficacia, transformando las prácticas de caza en un verdadero arte estratégico.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: iScience
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