El Sol y nuestro sistema solar, aunque aparentemente inmóviles, se desplazan por la Vía Láctea a aproximadamente 220 kilómetros por segundo. El descubrimiento de una estrella roja moviéndose mucho más rápido ha cautivado recientemente a los científicos.
Explicación posible de la velocidad inusual de la estrella subenana L llamada CWISE J124909+362116.0: formaba parte de un par binario con una enana blanca que explotó en supernova.
Crédito: Adam Makarenko / W.M. Keck Observatory
Gracias al proyecto de ciencia participativa Backyard Worlds: Planet 9 y a un equipo de astrónomos, se ha descubierto una estrella rara, llamada CWISE J124909+362116.0, moviéndose a gran velocidad en la Vía Láctea. Esta estrella podría incluso dejar nuestra galaxia. La investigación ha sido dirigida por el profesor Adam Burgasser de la Universidad de California en San Diego.
La estrella fue observada por voluntarios que analizan los datos de la misión WISE de la NASA. Estos voluntarios, expertos en la detección de patrones, identificaron su movimiento, con una velocidad estimada de alrededor de 600 kilómetros por segundo, suficiente para escapar de la gravedad de la Vía Láctea.
Para saber más sobre este objeto, Adam Burgasser utilizó el Observatorio W.M. Keck en Hawái para analizar su espectro infrarrojo. Los datos revelaron que se trataba de una subenana L, una clase de estrellas muy antiguas y de poca masa. Los modelos atmosféricos fueron creados por Roman Gerasimov y Efrain Alvarado III, permitiendo una correspondencia precisa con el espectro observado.
Para explicar esta trayectoria, se han propuesto dos escenarios. El primero supone que la estrella era compañera de una enana blanca que, al explotar en supernova, la habría propulsado a gran velocidad. El segundo escenario sugiere que la estrella fue expulsada de un cúmulo globular que contenía agujeros negros binarios.
Para verificar estas hipótesis, los investigadores planean examinar la composición elemental de la estrella. Los elementos pesados producidos por una supernova o las firmas químicas de los cúmulos globulares podrían revelar su origen.
Fuente: 244th national meeting of the American Astronomical Society (AAS)