Una extraña estela cósmica descubierta en una galaxia intriga a los astrónomos por sus dimensiones excepcionales y su origen. Esta estructura lineal de gas y polvo, observada a 31 millones de años luz de la Tierra, podría revelar el paso de un objeto masivo invisible a través del disco galáctico.
En la galaxia espiral NGC 3627, situada en la constelación de Leo, los investigadores han identificado una estela gaseosa de proporciones impresionantes. Midiendo aproximadamente 20.000 años luz de largo por solo 650 años luz de ancho, esta estructura se extiende por casi un quinto del diámetro de nuestra Vía Láctea, como una cicatriz en un rostro galáctico. Mengke Zhao, estudiante de doctorado en astronomía de la Universidad de Nanjing, destaca que se trata de la estela más nítida jamás observada, distinguiéndose claramente de los dos brazos espirales de la galaxia anfitriona por su forma alargada y su baja luminosidad.
NGC 3627, galaxia espiral situada a 31 millones de años luz en la constelación de Leo, alberga una estela cósmica excepcional
Crédito: NASA, ESA, CSA, STScI, J. Lee (STScI), T. Williams (Oxford), PHANGS Team
Este descubrimiento fortuito es el resultado del análisis de los datos recogidos por el programa PHANGS (Physics at High Angular Resolution of Nearby Galaxies), que utiliza varios telescopios de vanguardia como el James Webb y la red ALMA en Chile. Las observaciones infrarrojas de Webb han revelado la presencia de polvo en la estela, mientras que las mediciones de ALMA han detectado importantes cantidades de monóxido de carbono. Estas características espectrales permiten rastrear la composición y las propiedades físicas de esta inusual estructura gaseosa.
Según un modelo teórico desarrollado en 2021, esta estela podría haber sido creada por el paso rápido de un objeto compacto extremadamente masivo a través del disco galáctico. Los cálculos indican que este objeto, estimado en aproximadamente 10 millones de masas solares, se desplazaba a la vertiginosa velocidad de 300 kilómetros por segundo. La importante turbulencia observada en la estela corrobora esta hipótesis, sugiriendo una interacción violenta con el medio interestelar hace unos 20 millones de años.
La estela cósmica se extiende 20.000 años luz, representando un quinto del ancho de nuestra galaxia
Crédito: Zhao et Li 2025, arXiv; CC BY-SA 4.0
Los astrónomos contemplan dos escenarios principales para explicar la naturaleza de este objeto compacto: podría tratarse de un agujero negro supermasivo errante o del núcleo denso de una galaxia enana. Sin embargo, la detección directa sigue siendo difícil debido a la lejanía de NGC 3627. Los investigadores planean ahora estudiar sistemáticamente las observaciones de PHANGS para identificar otras estructuras similares, lo que permitiría comprender mejor la frecuencia y el comportamiento de estos objetos masivos que atraviesan las galaxias.
Los agujeros negros errantes en el Universo
A diferencia de los agujeros negros supermasivos que residen en el centro de las galaxias, los agujeros negros errantes se desplazan libremente por el espacio interestelar. Estos objetos se forman generalmente durante fusiones galácticas o eyecciones gravitacionales violentas.
Su detección representa un desafío técnico mayor ya que no emiten luz directamente. Los astrónomos deben recurrir a métodos indirectos como la observación de los efectos de lente gravitacional o las perturbaciones que causan en el gas circundante.
Estos vagabundos cósmicos pueden alcanzar masas considerables, a veces varios millones de veces la del Sol. Su velocidad de desplazamiento varía considerablemente, algunos pudiendo alcanzar varios cientos de kilómetros por segundo bajo el efecto de interacciones gravitacionales.
El estudio de estos objetos móviles permite comprender mejor la dinámica de las galaxias y los procesos de formación de estructuras a gran escala en el Universo.
Fuente: arXiv