Adrien - Viernes 22 Marzo 2024

Erupciones en Islandia: una importante nube tóxica cruza Europa (aquí el mapa)

La península de Reykjanes en Islandia ha sido recientemente escenario de una impresionante erupción volcánica, la cuarta en pocos meses, marcando la apertura de la fisura más grande del actual ciclo eruptivo. Esta actividad volcánica ha provocado la emisión de dióxido de azufre, un gas tóxico, a niveles elevados.

Aunque la lava ha evitado por poco la ciudad evacuada de Grindavík, la principal preocupación reside ahora en una inmensa nube de gas tóxico que se extiende a través del norte de Europa. Los expertos están monitoreando atentamente sus efectos potenciales, especialmente sobre el agujero en la capa de ozono sobre el Ártico.


La columna de lava de la erupción más reciente rozó Grindavík.
Crédito: IMO/Public Safety/Björn Oddsson

Esta nube de gas, proveniente de la erupción del 16 de marzo, ha sido particularmente rica en dióxido de azufre, llevando a la evacuación de los trabajadores de la central eléctrica de Svartsengi e incitando temporalmente a los habitantes a permanecer en sus hogares. Las emisiones desde entonces han disminuido significativamente, pero su desplazamiento a través de Europa sigue siendo objeto de estricta vigilancia.


El Servicio de Vigilancia de la Atmósfera Copernicus (CAMS) ha observado esta nube de gas formando una columna concentrada de aproximadamente 5 kilómetros de altura dirigiéndose hacia otros países del norte de Europa, incluyendo el Reino Unido y Escandinavia, antes de comenzar a disiparse al acercarse a Rusia.

La vigilancia continua de esta nube es esencial ya que el dióxido de azufre puede interactuar con las moléculas de ozono atmosférico, reduciendo así la cantidad de esta sustancia protectora en la capa de ozono, la cual protege la superficie de la Tierra de los dañinos rayos ultravioleta del Sol.


La nube tóxica deberá desplazarse por encima del Reino Unido y Escandinavia en los próximos días.
Crédito: CAMS/ECMWF

Esta situación recuerda a la erupción del volcán submarino Hunga Tonga en 2022, que contribuyó a uno de los mayores agujeros en la capa de ozono jamás registrados sobre la Antártida, al emitir importantes niveles de vapor de agua en la atmósfera.

Los científicos predicen que las recientes erupciones en Islandia podrían marcar el comienzo de un nuevo periodo de actividad volcánica de varios siglos en la región. Esto podría significar un aumento de las emisiones de dióxido de azufre hacia el Ártico, llevando potencialmente a mayores agujeros en la capa de ozono del norte en el futuro. La vigilancia y el seguimiento continuo de la evolución de esta situación siguen siendo por lo tanto primordiales.
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