La Antártida se está transformando. Un estudio reciente destaca que la cobertura vegetal, anteriormente escasa, está experimentando un crecimiento exponencial.
Esta transformación tiene preocupados a los científicos. En el corazón de la península Antártica, se ha registrado un aumento dramático en la superficie de vegetación en solo cuatro décadas.
a - Montículos de musgo, isla Ardley (62° S).
b - Césped o alfombra de musgo, isla Barrientos (62° S).
c - Banco de musgo sobre roca desnuda, Norsel Point (64° S).
En 1986, esta región aislada albergaba menos de un kilómetro cuadrado de plantas. En 2021, la superficie cubierta por vegetación alcanzó casi los doce kilómetros cuadrados, representando un aumento de catorce veces.
Los investigadores señalan que este avance no se detiene ahí. Entre 2016 y 2021, la cobertura vegetal creció más de un 30 % en comparación con el periodo estudiado previamente, expandiéndose en promedio unos 400,000 metros cuadrados por año. La causa de este fenómeno está ligada al aumento de las temperaturas. La península se está calentando más rápido que el promedio global, favoreciendo la aparición de un entorno propicio para la vida vegetal.
Un experto explica que, aunque la nieve y el hielo aún dominan, la porción colonizada por plantas ha aumentado significativamente. Este cambio es un testimonio directo del impacto del cambio climático en ecosistemas frágiles. Sin embargo, este crecimiento genera preocupaciones ecológicas. Según los investigadores, podría desencadenar la llegada de especies no autóctonas que podrían desestabilizar un ecosistema ya vulnerable.
El riesgo es real, ya que el suelo antártico podría volverse acogedor para plantas invasivas. Estas podrían expandirse rápidamente, desplazando a las especies autóctonas, que están adaptadas a este entorno riguroso. Los científicos insisten en la urgencia de llevar a cabo investigaciones profundas. Comprender los mecanismos en juego es esencial para anticipar el alcance y la rapidez de esta transformación.
El estudio, publicado en la revista
Nature Geoscience, pone de manifiesto un fenómeno alarmante. Aunque en gran medida congelada, la península está poco a poco poniéndose verde, marcando un punto de inflexión en la historia ambiental de la Antártida.
¿Cuáles son las consecuencias del aumento de la vegetación en la Antártida?
El aumento de la vegetación en la Antártida tiene implicaciones ecológicas significativas. Uno de los efectos más preocupantes es la posible introducción de especies no autóctonas. El cambio climático facilita la colonización de nuevas plantas, creando condiciones favorables para la llegada de especies invasivas. Estas últimas podrían alterar los ecosistemas locales, ya que carecen de depredadores naturales que limiten su proliferación.
Además, el creciente desarrollo vegetal puede provocar cambios en las interacciones entre las especies autóctonas. Al convertir la roca en suelo fértil, la vegetación favorece la diversidad de especies. No obstante, este fenómeno también podría conducir a una homogeneización de la biodiversidad, afectando las zonas biogeográficas distintas de la península Antártica. Las investigaciones continuas son esenciales para entender estas dinámicas complejas y prever los impactos futuros.
¿Qué es la teledetección y cómo se utiliza para estudiar la vegetación en la Antártida?
La teledetección es un método de observación a distancia que utiliza sensores para recopilar datos sobre la superficie terrestre. En la Antártida, esta técnica es fundamental para medir la cobertura vegetal, especialmente en áreas de difícil acceso. Los investigadores utilizan imágenes satelitales, como las proporcionadas por el programa Landsat, para analizar las variaciones de la vegetación a lo largo del tiempo.
Los satélites capturan la luz reflejada por la superficie terrestre, lo que permite distinguir las zonas vegetadas debido a sus características únicas. Las plantas absorben la luz roja y reflejan radiación cercana al infrarrojo, lo que ayuda a los científicos a cuantificar los cambios en la cobertura vegetal. Este enfoque ha revelado un incremento significativo de la vegetación en la Antártida, proporcionando datos para entender los efectos del cambio climático en este ecosistema.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Geoscience