Adrien - Jueves 20 Noviembre 2025

🌡️ El misterio de la anomalía fría del Atlántico encuentra una explicación preocupante

En el corazón del océano Atlántico, que se calienta progresivamente, persiste una zona fría al sur de Groenlandia. Esta anomalía térmica contradice las tendencias generales y plantea preguntas fundamentales sobre los mecanismos climáticos en juego.

Los investigadores de la Universidad de California en Riverside realizaron un análisis exhaustivo combinando un siglo de datos oceánicos con casi cien modelos climáticos diferentes. Su trabajo revela que solo un debilitamiento del sistema de circulación atlántica AMOC puede explicar las características observadas. Este sistema, a menudo comparado con una cinta transportadora gigante, normalmente transporta aguas cálidas y saladas hacia el norte antes de devolver las aguas más frías hacia el sur, desempeñando así un papel esencial en la regulación del clima.


Tendencia de las temperaturas superficiales del Atlántico entre 1900 y 2005 para el promedio de seis conjuntos de datos de observación.
Crédito: Kai-Yuan Li/UCR


El método empleado por los científicos resultó particularmente esclarecedor. En ausencia de mediciones directas del sistema de circulación durante un largo período, utilizaron los registros de temperatura y salinidad como indicadores fiables. Este enfoque indirecto permitió reconstruir la evolución del sistema durante más de cien años, ofreciendo una perspectiva histórica valiosa. Los modelos climáticos que no tenían en cuenta este debilitamiento se mostraron incapaces de reproducir las observaciones reales.

Las consecuencias de esta desaceleración se extienden mucho más allá de la simple anomalía térmica local. El sistema de circulación atlántica influye directamente en los regímenes meteorológicos en Europa, modificando las precipitaciones y desplazando las corrientes atmosféricas que guían los sistemas meteorológicos. Estos cambios pueden afectar las temperaturas y las condiciones climáticas en una vasta zona geográfica, afectando potencialmente a millones de personas.

Esta investigación también permite zanjar un importante debate científico sobre las causas del enfriamiento observado. Algunos modelos recientes atribuían este fenómeno principalmente a factores atmosféricos como la contaminación por aerosoles, pero estas simulaciones no coincidían con las observaciones. El estudio demuestra claramente que solo el debilitamiento del sistema de circulación explica correctamente los datos recopilados, lo que cuestiona la precisión de algunos modelos climáticos actuales.

La técnica desarrollada por los investigadores abre nuevas perspectivas para la predicción climática. Al permitir rastrear la evolución pasada del sistema a partir de datos indirectos, ofrece una herramienta valiosa para anticipar cambios futuros. Los científicos subrayan que este enfoque podría resultar crucial para comprender cómo evolucionará el sistema climático si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando.


Los ecosistemas marinos representan otro ámbito de impacto importante. Las modificaciones de temperatura y salinidad influyen directamente en la distribución de las especies marinas, pudiendo provocar desplazamientos de poblaciones y transformaciones de los hábitats. Estos cambios ecológicos podrían tener repercusiones en las pesquerías y la biodiversidad marina en toda la región del Atlántico norte.

El sistema de circulación atlántica AMOC


El sistema de circulación atlántica AMOC (Atlantic Meridional Overturning Circulation) funciona como un inmenso transportador oceánico que redistribuye el calor a través del Atlántico Norte. Transporta las aguas cálidas y saladas de las regiones tropicales hacia las latitudes septentrionales, donde liberan su calor en la atmósfera antes de volverse más densas y sumergirse hacia las profundidades. Este mecanismo natural contribuye a mantener temperaturas relativamente suaves en Europa occidental.

Cuando este sistema se ralentiza, menos agua caliente llega hacia el norte, lo que modifica los equilibrios térmicos establecidos. El proceso de inmersión de las aguas frías también se debilita, perturbando todo el ciclo. Esta desaceleración puede explicarse por varios factores, incluido el mayor aporte de agua dulce procedente del deshielo de Groenlandia y el Ártico.

Los científicos monitorean atentamente este sistema porque sus variaciones pueden desencadenar cambios climáticos rápidos. Históricamente, modificaciones importantes de esta circulación se han asociado con transiciones climáticas bruscas. Comprender su funcionamiento actual ayuda a anticipar cómo podría evolucionar el clima en las décadas venideras.

La investigación reciente muestra que este sistema se ha debilitado progresivamente durante el siglo pasado. Esta tendencia podría acelerarse con el calentamiento global en curso, lo que tendría consecuencias significativas sobre los regímenes meteorológicos y los ecosistemas del hemisferio norte.

Fuente: Communications Earth & Environment
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