El ejército estadounidense acaba de lograr una hazaña tecnológica en materia de transmisión de energía inalámbrica. Un láser transportó más de 800 vatios a una distancia impresionante de 8,6 kilómetros.
El receptor de transmisión de energía óptica diseñado para el experimento de DARPA.
Crédito: DARPA
Este experimento, llevado a cabo por DARPA (la agencia de investigación del ejército estadounidense) como parte de su programa POWER, representa un avance importante hacia la transmisión instantánea de energía. Supera ampliamente los récords anteriores del programa, que habían alcanzado 230 vatios en 1,7 kilómetros durante 25 segundos.
El concepto de transmisión de energía inalámbrica no es nuevo, se remonta a los trabajos de Nikola Tesla a principios del siglo XX. Sin embargo, los obstáculos técnicos han retrasado durante mucho tiempo su desarrollo. Hoy en día, el interés por esta tecnología renace, especialmente para aplicaciones militares y espaciales.
La energía es un elemento primordial para las operaciones militares, y su transporte hacia zonas de conflicto o de catástrofe suele ser impredecible y arriesgado. DARPA ve en esta tecnología una solución potencial para alimentar rápidamente y de manera eficiente drones u otros equipos en el terreno.
Durante esta última prueba, realizada en el White Sands Missile Range en Nuevo México, el láser se transmitió con una eficiencia de aproximadamente el 20%. Parte de la energía se utilizó para hacer estallar palomitas de maíz, en una demostración muy visual.
Los próximos pasos del programa POWER incluyen pruebas de transmisión de energía a través de varios relés y en altitud, donde la atmósfera es menos densa y la transmisión más eficiente.
¿Cómo funciona la transmisión de energía inalámbrica por láser?
La transmisión de energía inalámbrica por láser se basa en la conversión de electricidad en luz láser, que luego se dirige a un receptor equipado con células fotovoltaicas. Estas células convierten nuevamente la luz en electricidad, permitiendo así alimentar dispositivos a distancia.
Esta tecnología ofrece la ventaja de poder transportar energía a largas distancias sin necesidad de cables, lo que es especialmente útil en entornos peligrosos o inaccesibles. Sin embargo, la eficiencia de la conversión y las pérdidas debidas a la atmósfera siguen siendo obstáculos importantes.
Las aplicaciones potenciales son amplias, desde la alimentación de drones en vuelo hasta el suministro de energía en zonas afectadas por desastres. DARPA también está explorando su uso para proyectos espaciales, donde la ausencia de atmósfera podría aumentar significativamente la eficiencia de la transmisión.
Fuente: DARPA