Cuando inscriben a sus hijos en una actividad deportiva, los padres esperan verlos adquirir habilidades que los hagan más fuertes y más inteligentes. En el deporte, los jóvenes deben seguir reglas, contener sus deseos y necesidades, y comportarse de manera adecuada. En contacto con sus compañeros y entrenadores que los apoyan, aprenden a perseverar y a desarrollarse frente a la dificultad.
Pero, ¿practicar un deporte podría también permitirles tener un mejor desempeño académico, no solo en la escuela, sino también en la universidad y más allá? Un nuevo estudio canadiense muestra que sí. La investigación, realizada por un equipo dirigido por
Linda Pagani, profesora de psicoeducación en la Universidad de Montreal, ha sido publicada este mes en la revista
Medicine & Science in Sports & Exercise.
Los investigadores analizaron los datos del Estudio longitudinal del desarrollo infantil de Quebec, coordinado y alojado por el Instituto de Estadística de Quebec, para estudiar las asociaciones entre la participación deportiva a largo plazo durante los años de primaria y los indicadores posteriores de éxito académico.
El equipo siguió a 746 niñas y 721 niños nacidos en 1997 o 1998 para examinar si existían vínculos entre la práctica de un deporte entre los 6 y los 10 años y el éxito escolar posterior hasta los 17 años. Y para ambos sexos, efectivamente es así. "Observamos que la práctica de un deporte desde el jardín de infancia hasta el cuarto grado tenía un efecto positivo, más allá de otros factores, hasta el final de la secundaria", señala Linda Pagani.
Los niños que practicaban deporte regularmente tenían más probabilidades de obtener mejores calificaciones y eran menos propensos a abandonar la escuela en el último año de secundaria en comparación con quienes hacían poco o nada de deporte. También otorgaban mayor importancia a sus resultados académicos y tenían aspiraciones más elevadas para continuar sus estudios en el colegio preuniversitario y en la universidad.
"La infancia es un momento crítico en el desarrollo del joven, explica Linda Pagani, y los padres quieren que el tiempo libre de sus hijos se invierta en algo productivo. Sin embargo, hasta ahora con este estudio, a pesar de la inversión sustancial de los padres y las comunidades, no había pruebas convincentes de que el deporte en los jóvenes contribuyera significativamente a su éxito académico."
"Ahora sabemos que al participar en un deporte organizado, los jóvenes desarrollan una imagen positiva de sí mismos y adquieren habilidades sociales que inculcan la importancia del trabajo en equipo, asumir responsabilidades y establecer y mantener relaciones, y que esto se traduce en un mayor compromiso académico al comienzo de la adultez", concluye.
Fuente: Universidad de Montreal