En la vasta extensión de las tierras americanas, en lo profundo de Kentucky, se esconde un tesoro paleontológico insospechado. La famosa
Cueva Mammoth (Mammoth Cave), la más larga del mundo con sus 686 kilómetros de cavidades subterráneas, revela una riqueza inesperada: fósiles de criaturas marinas ancestrales. Este sitio, declarado patrimonio mundial de la UNESCO, es mucho más que una simple atracción turística. Alberga vestigios de millones de años, testigos de un pasado donde estas tierras estaban sumergidas bajo las aguas de un mar antiguo.
Los calizas del Misisipiense de la región de la Cueva Mammoth se formaron en el fondo de un mar de agua salada poco profundo, hoy conocido como el mar del Misisipiense, hace aproximadamente 300 a 330 millones de años. En esa época, la MACA habría sido un lugar ideal para unas vacaciones de buceo en apnea. El parque se encontraba a unos 4 grados al sur del ecuador. Piensa en las Bahamas, pero mucho más calientes y con más tiburones!
Desde el comienzo de las excavaciones en la
Cueva Mammoth, los paleontólogos han identificado no menos de 70 especies de peces antiguos. Pero recientemente, dos nuevos descubrimientos han captado la atención del mundo científico. Estos hallazgos excepcionales son los de dos especies de tiburones prehistóricos, Troglocladodus trimblei y Glikmanius careforum, de aproximadamente 325 millones de años.
La primera especie, Troglocladodus trimblei, es un gigante de los mares antiguos, alcanzando hasta 3,6 metros de longitud. Dotado de dientes afilados, probablemente cazaba presas de tamaño moderado en las aguas costeras del antiguo continente. La segunda especie, Glikmanius careforum, poseía una mandíbula poderosa, adaptada para la predación de pequeños tiburones, peces y ortoconos (los antecesores de los calamares). Estos descubrimientos cuestionan nuestros conocimientos sobre la evolución de los tiburones, sugiriendo que algunas especies podrían haber aparecido mucho antes de lo que suponíamos.
Los fósiles de estos tiburones han sido encontrados en regiones antes sumergidas, a miles de kilómetros de las costas actuales. De hecho, hace 325 millones de años, Kentucky y Alabama estaban bordeados por un mar próspero, formando parte de una vía marítima que conectaba América del Norte, Europa y el norte de África. Sin embargo, estas aguas desaparecieron con la formación del supercontinente Pangea, tras la colisión de las placas tectónicas.
Las mandíbulas, dientes y branquias de Glikmanius careforum incrustadas en el techo de la cueva fueron descubiertas por los exploradores de la Cave Research Foundation durante un proyecto de cartografía en el Parque Nacional de la Cueva Mammoth, en Kentucky.
Este descubrimiento remarcaable subraya la importancia de las investigaciones en lugares a veces inesperados, revelando secretos enterrados desde hace millones de años. El Parque Nacional de la
Cueva Mammoth, en colaboración con expertos y investigadores renombrados, continúa siendo una fuente invaluable de información sobre la historia de nuestro planeta.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Servicio de Parques Nacionales