Científicos del Instituto Pasteur realizaron análisis genéticos sobre restos de antiguos soldados de la retirada de Rusia en 1812. Detectan dos agentes patógenos cuya presencia es coherente con los síntomas descritos en los relatos históricos: la fiebre paratifoidea y la fiebre recurrente. El estudio está prepublicado en
bioRxiv el 16 de julio de 2025.
La famosa campaña de Rusia dirigida por Napoleón en 1812 también conocida como
guerra patriótica de 1812 condujo al repliegue de la Grande Armée. Investigadores de la unidad de Paleogenómica microbiana en el Instituto Pasteur se interesaron por los agentes patógenos causantes de enfermedades infecciosas importantes en esa época y que podrían explicar algunos hechos históricos. Para ello, extrajeron y analizaron el ADN de trece soldados del ejército napoleónico enterrados en Lituania en Vilna, recurriendo a técnicas de secuenciación de nueva generación aplicadas al ADN antiguo para identificar posibles agentes infecciosos.
Las investigaciones permitieron identificar las firmas genéticas de dos agentes infecciosos:
Salmonella enterica subsp. enterica (
serovar Paratyphi C), responsable de la fiebre paratifoidea, y
Borrelia recurrentis, responsable de la fiebre recurrente, una enfermedad transmitida por piojos y caracterizada por episodios febriles intercalados con períodos de remisión. Estas dos enfermedades, aunque distintas, pueden compartir algunos síntomas como la fiebre alta, la fatiga y los trastornos digestivos, y su presencia simultánea podría haber contribuido a agravar el estado de los soldados, ya muy debilitados por el frío, el hambre y las condiciones sanitarias difíciles.
En los dientes de trece soldados napoleónicos exhumados en Vilna, cuatro resultaron positivos para
S. enterica Paratyphi C y dos para
B. recurrentis. A través de este estudio, los investigadores aportan las primeras pruebas genéticas de la presencia de estos dos agentes infecciosos hasta ahora poco o nada incriminados, y cuyo impacto exacto sobre la gran mortalidad sufrida por la Grande Armée durante su retirada de Rusia sigue siendo desconocido. La presencia de estas dos bacterías se suma a la presencia del agente del tifus, identificado en un estudio anterior y sospechado según los relatos históricos:
Rickettsia prowazekii (responsable del tifus) y
Bartonella quintana (responsable de la fiebre de las trincheras).
Sin embargo, debido al escaso número de muestras analizadas en comparación con los miles de cuerpos encontrados en el sitio, es imposible determinar en qué medida estos patógenos contribuyeron a la muy alta mortalidad observada. En efecto, el análisis se basa en un número limitado de muestras (13 de más de 3 000 cuerpos en Vilna, entre los 500 000 y 600 000 soldados movilizados y los aproximadamente 300 000 muertos durante la retirada).
"
Acceder a los datos genómicos de los patógenos que circularon en las poblaciones del pasado nos permite comprender cómo las enfermedades infecciosas han evolucionado, se han extendido o han desaparecido a lo largo de la historia, e identificar los contextos sociales o ambientales que favorecieron estos eventos. Esta información ofrece claves valiosas para comprender y combatir mejor las enfermedades infecciosas de hoy", explica Nicolás Rascovan, responsable de la unidad de Paleogenómica microbiana en el Instituto Pasteur y último autor del estudio.
Para lograr estos resultados, el equipo desarrolló, en colaboración con investigadores de la Universidad de Tartu en Estonia, un protocolo de autenticación innovador que combina varias etapas de validación, incluyendo una interpretación guiada por la filogenia de los fragmentos altamente fragmentados del genoma recuperado. Este enfoque permite confirmar de manera robusta la presencia de una especie patógena incluso cuando su ADN solo se conserva con una cobertura muy baja, y en algunos casos, precisar su pertenencia a un linaje particular.
"
En la mayoría de los restos humanos antiguos, el ADN de los patógenos está extremadamente fragmentado y solo subsiste en una proporción muy baja, lo que hace que la obtención de genomas completos sea muy difícil. Disponer de métodos capaces de identificar sin ambigüedad agentes infecciosos a partir de estas débiles señales, y a veces incluso reconocer sus linajes, es por tanto esencial para explorar la diversidad patógena del pasado", añade.
Este nuevo estudio pone de relieve la coherencia entre las descripciones históricas de las enfermedades en la Grande Armée y los síntomas típicos de la fiebre paratifoidea y la fiebre recurrente. Aporta nuevas pruebas a la hipótesis según la cual las enfermedades infecciosas también contribuyeron al colapso de la campaña de 1812 junto con múltiples otros factores —agotamiento, frío extremo y otras condiciones extremas.
Cabe señalar que la campaña de Rusia dirigida por Napoleón en 1812 terminó en un fracaso militar. Esto condujo al repliegue de la Grande Armée que permitió la recuperación de Moscú por el ejército ruso aniquilando la estrategia del Emperador.
Estos resultados están prepublicados en BioRxiv* y están pendientes de revisión por pares.
Fuente: Instituto Pasteur