Adrien - Viernes 4 Julio 2025

🪐 ¡Dos candidatos detectados para el Planeta Nueve!

Desde hace años, los científicos escrutan los confines helados de nuestro Sistema Solar en busca de un planeta masivo aún desconocido. Las perturbaciones observadas en las órbitas de los objetos del cinturón de Kuiper sugieren la presencia de dicho cuerpo, apodado Planeta Nueve. Este último, si existe, estaría mucho más lejos y sería más masivo que Plutón.

Tradicionalmente, las investigaciones se centraban en la luz solar reflejada por el planeta. Un equipo liderado por Amos Chen optó por un enfoque innovador al buscar su firma térmica. El calor emitido naturalmente por cualquier objeto se distingue mejor a gran distancia que la luz reflejada, ofreciendo una pista más prometedora.


Representación artística del Planeta Nueve, un mundo hipotético que algunos científicos creen descubrir en la lejana periferia del sistema solar.


Los investigadores aprovecharon los datos de AKARI, un telescopio espacial japonés especializado en el infrarrojo lejano. Esta tecnología permite detectar el tenue resplandor térmico de un planeta tan distante y frío. El análisis se centró en una zona precisa del cielo, predicha por simulaciones como la más probable para albergar el Planeta Nueve.

Dos candidatos potenciales surgieron de este estudio minucioso. Su posición y emisión infrarroja coinciden con las expectativas teóricas para el Planeta Nueve. Aunque prometedores, estos resultados requieren observaciones complementarias para confirmar su naturaleza. El descubrimiento de tal planeta revolucionaría nuestra comprensión de la formación del Sistema Solar.

Este método innovador ilustra cómo la ciencia avanza a veces tomando caminos alternativos. La búsqueda del Planeta Nueve demuestra que las soluciones más efectivas no siempre son las más evidentes.

¿Por qué la firma térmica es más eficaz que la luz reflejada?


La luz reflejada por un objeto disminuye rápidamente con la distancia, siguiendo una ley matemática. En cambio, el calor emitido por el objeto mismo sigue un decrecimiento menos rápido, lo que lo hace más detectable a gran distancia.

Los telescopios infrarrojos como AKARI están diseñados para captar este calor, aunque sea mínimo. Esto abre nuevas posibilidades para descubrir cuerpos celestes demasiado lejanos o fríos para ser vistos de otra manera.

Este enfoque térmico es particularmente adecuado para la búsqueda del Planeta Nueve, situado en una región donde la luz del Sol es extremadamente débil. También podría aplicarse a la búsqueda de otros objetos en los confines del Sistema Solar.

¿Cómo los objetos del cinturón de Kuiper delatan la presencia del Planeta Nueve?


Los objetos del cinturón de Kuiper presentan órbitas extrañamente alineadas, lo que sugiere la influencia gravitacional de un cuerpo masivo. Esta configuración es poco probable en un Sistema Solar carente de tal planeta.

Las simulaciones informáticas muestran que un planeta de 5 a 10 veces la masa de la Tierra podría explicar estas anomalías. Su órbita estaría muy alejada, entre 400 y 800 veces la distancia Tierra-Sol, lo que lo haría difícil de observar directamente.

El estudio de estos objetos distantes ofrece pues un método indirecto para localizar el Planeta Nueve.

Fuente: Publications of the Astronomical Society of Australia
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