Cédric - Sábado 8 Febrero 2025

Detección de una extraña señal de radio repetitiva proveniente de una galaxia extinta 🔭

Astrónomos han detectado una señal de radio repetitiva, captada en varias ocasiones, proveniente de una galaxia antigua e inactiva. Este descubrimiento cuestiona las teorías actuales sobre el origen de las ráfagas rápidas de radio, abriendo nuevas perspectivas sobre la evolución de las estrellas de neutrones.


Las ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) son estallidos de energía intensos, liberados en unos pocos milisegundos. Aunque su origen sigue siendo a menudo misterioso, generalmente se asocian con estrellas de neutrones jóvenes y magnetizadas. Sin embargo, la reciente detección de un FRB repetitivo en una galaxia de más de 11 mil millones de años de antigüedad desafía esta idea.

Las ráfagas rápidas de radio: un enigma cósmico


Los FRB son fenómenos astrofísicos extremadamente energéticos, capaces de liberar en un instante el equivalente a la energía emitida por el Sol en un día. Hasta ahora, se atribuían principalmente a magnetares, estrellas de neutrones con campos magnéticos intensos. Sin embargo, su mecanismo exacto sigue siendo poco comprendido.

La repetición de algunos FRB, como el observado en 2024, sugiere que su fuente no se destruye durante la emisión. Esto descarta la hipótesis de eventos cataclísmicos únicos, como las supernovas, y dirige las investigaciones hacia procesos más duraderos en el tiempo.

Una galaxia antigua fuente de sorpresas



El FRB 20240209A fue localizado en la periferia de una galaxia situada a dos mil millones de años luz. Esta galaxia, con más de 11 mil millones de años de antigüedad, no forma estrellas desde hace mucho tiempo. Sin embargo, alberga una fuente de ráfagas de radio repetitivas, lo que contradice la idea de que solo los magnetares jóvenes pueden producir tales señales.

Este descubrimiento plantea preguntas sobre la longevidad y la actividad de las estrellas de neutrones. Los investigadores consideran que mecanismos inusuales, como la fusión de magnetares antiguos, podrían explicar estas emisiones energéticas.

Hipótesis revisadas


Una de las líneas de investigación es que el FRB proviene de un cúmulo globular en órbita alrededor de la galaxia. Estos cúmulos, ricos en estrellas antiguas, podrían albergar magnetares más jóvenes resultantes de fusiones estelares. Otra posibilidad es que estrellas de neutrones antiguas, consideradas inactivas durante mucho tiempo, aún podrían liberar ráfagas de radio.

Estos escenarios, aunque especulativos, muestran que los FRB podrían tener orígenes más variados de lo previsto. Incitan a los científicos a revisar sus modelos y explorar nuevos mecanismos astrofísicos.

Implicaciones para la investigación futura


Este descubrimiento abre el camino a nuevos estudios para comprender la diversidad de fuentes de FRB. Las observaciones en múltiples longitudes de onda y las simulaciones numéricas serán esenciales para probar las hipótesis planteadas. Además, telescopios más potentes, como el James Webb, podrían permitir identificar con precisión los cúmulos globulares involucrados.

Al revelar que las galaxias antiguas aún pueden albergar fenómenos energéticos, este estudio amplía nuestra comprensión de la evolución estelar y galáctica. Recuerda que el Universo conserva muchos secretos esperando ser descubiertos.

Para profundizar: ¿Qué es un cúmulo globular?



Un cúmulo globular es un agrupamiento denso de cientos de miles a varios millones de estrellas, mantenidas juntas por la gravedad. Estos cúmulos se encuentran entre las estructuras más antiguas del Universo, con edades que a menudo superan los 10 mil millones de años. Orbitan alrededor de las galaxias, principalmente en su halo.

Las estrellas de un cúmulo globular son mayoritariamente antiguas y pobres en elementos pesados. A diferencia de los cúmulos abiertos jóvenes, ya no forman estrellas. Su alta concentración estelar favorece interacciones gravitacionales intensas, que pueden llevar a la formación de objetos compactos como estrellas de neutrones o magnetares.

Algunos cúmulos globulares contienen púlsares de milisegundos, estrellas de neutrones que giran rápidamente y acretan materia de una estrella compañera. Esta particularidad los convierte en laboratorios naturales para el estudio de la evolución estelar y los efectos de la gravedad extrema.

El estudio de los cúmulos globulares también ayuda a comprender la formación de las galaxias. Su población y distribución proporcionan pistas sobre las primeras fases del Universo, revelando detalles sobre la dinámica de las galaxias y su pasado cósmico.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: The Astrophysical Journal Letters: artículo 1 y artículo 2
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